En una vista pública celebrada el martes para que la Audiencia de Málaga estudiara el recurso presentado por la defensa de J.G.R. contra el auto que decretó su ingreso en prisión, el Ministerio Fiscal ha asegurado que se produjo una "imprudencia grave" que en el caso más beneficioso conllevaría estos tres años y seis meses de prisión para el hombre.

Una condena ejemplar

El fiscal ha recordado que el conductor del todoterreno doblaba el límite permitido en las pruebas de alcoholemia, con 0,5 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, y que en el momento del impacto iba a 155 kilómetros por hora, velocidad que debió ser mayor antes del golpe porque en su declaración "el acusado dice que frena cuando entra en la curva".

Además ha asegurado que la pena se va a cumplir porque no existe posibilidad de suspensión ni de sustitución de la misma y que "se ha sido escrupuloso en el procedimiento". Ha hecho claro que que si se le dejara en libertad se daría el mensaje a la sociedad de que "matar con el coche no importa", por lo que procede una condena "ejemplar".

En el caso de que se dejara en libertad provisional al acusado y éste huyera, el fiscal considera que comenzaría "un calvario procesal para las víctimas", que en muchos casos "han perdido el sustento y tienen que pedir pensiones en su país para poder vivir".

Por su parte, la defensa del conductor ha hecho referencia a la falta de justificación del riesgo de fuga como razón para decretar su ingreso en la cárcel y ha puesto como ejemplo que el acusado se presentó ante la Audiencia el 30 de abril "a pesar de que sabía que iba a prisión".

El abogado cree que es "la primera y la única ocasión donde se ha visto una conducta de tal contundencia por una imprudencia", y ha indicado que las muertes se produjeron por el quitamiedos, por lo que no fueron previstas por el conductor.

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