Calificada por Mario Vargas Llosa, que ha estado en sanfermines este año, como «muy literaria», la fiesta debe su fama mundial a otro escritor, Ernest Hemingway, quien estuvo en Pamplona por primera vez en 1923. El nobel estadounidense la inmortalizó en sus artículos y su novela Fiesta.

De todos los extranjeros, los australianos son los más numerosos este año: 1.000 se alojaron en un camping de Estella. Otra curiosidad:  una peña navarra ha celebrado por primera vez los sanfermines en Shanghai, con chistorra, peros sin encierros.

A dentelladas

Hasta 50 periodistas de 12 países han contado desde Pamplona el día a día de una fiesta, cuyo origen se remonta al siglo XVI, aunque la celebración tal y como la conocemos hoy tuvo su primera edición en 1922. El encierro es el acto más conocido: la carrera delante del toro tiene una duración media de 3.55 minutos. El más largo se produjo el 11 de julio de 1959, con 30 minutos de duración, cuando un miura se rezagó y fue necesario recurrir a un perro para que mordiera al toro y lo introdujera en los corrales. El lado negativo de la fiesta son los muertos en los encierros, 14 desde 1924.