El profesor Michele Jamiolkowski, ex presidente de la comisión internacional que se ocupó de la salvaguardia de la Torre, aseguró en declaraciones publicadas este miércoles hoy por el diario 'Corriere della Sera', que el monumento ya ni se inclina, ni se endereza, y que "no se moverá, al menos, en los próximos 300 años".
El control al que está continuamente sometida la Torre de Pisa ha demostrado que la torre ha dejado de moverse, gracias al proyecto de asentamiento que terminó en 2001 y que ha permitido su enderezado poco a poco hacia el norte.
Las obras de consolidación fueron necesarias cuando en 1993, la parte superior de la torre llegó a tener una diferencia de más de 4 metros y 47 centímetros con respecto a la base y se pensó en el peligro de un derrumbe.
El proyecto consistió en extraer toneladas de tierra bajo el campanario en la parte opuesta a la inclinación, de manera que el edificio, de 14.500 toneladas de peso y 55,86 metros de altura, cediera sobre ese lado y se asentara.
Los trabajos de reestructuración, que se iniciaron en 1993 y costaron 27 millones de dólares (algo más de 17 millones de euros), se prolongaron durante once años, frente a los más de dos siglos que se tardó en levantar la Torre.
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