El número 60 de la calle Ecuador se ha convertido en el último escenario de batalla entre el Concello y la Federación Veciñal Eduardo Chao. Una orden municipal obligó el martes a precintar el local, propiedad del Concello y cedido para uso de la federación. «Fixérono con nocturnidade e aleivosía», indica Elena González, presidenta del colectivo vecinal.

La notificación señala que ahora la Federación Veciñal dispone de cinco días para desalojar por completo el local. Deberán sacar todo el material que tienen dentro, desde papeleo hasta impresoras. Si no lo hacen, el Concello se quedará con todo.

Fueron necesarios tres informes técnicos para que el Concello llegase a esta conclusión. Sin embargo, la medida adoptada no tiene otra razón de ser que atacar a la Federación Veciñal, según este colectivo. Uno de estos informes indica que puede continuar la actividad dentro del local porque no hay peligro de derrumbe.

Mientras, el inmueble continúa con el apuntalamiento provisional colocado en marzo. Se trata de una estructura metálica que dificulta el paso de los viandantes. De hecho, según el segundo informe técnico, es más peligroso mantener esas vigas que el supuesto movimiento de las piedras que cubren el local.

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