Los vecinos de Ítrabo, una pequeña localidad de Granada, están temiendo que llegue el día de hoy. Los técnicos de la Junta de Andalucía entrarán en su pueblo para matar a 50 cabras. La historia se remonta al incendio de la Sierra de Bodíjar. El fuego quemó buena parte de la sierra, pero también el cortijo de Francisco Justo Vallejo, según publica hoy el Diario Ideal.

El pastor se arruinó y perdió todos sus terrenos, aunque no sus animales. Así que sin dudarlo un momento se mudó con sus cabras a una casa en el centro de la localidad. Las quejas no tardaron en aparecer. El olor y la suciedad convirtieron las tranquilas calles de Ítrabo en basurero repleto de moscas.

El Ayuntamiento no tuvo más remedio que tramitar las denuncias de los vecinos y cuando la Junta tuvo conocimiento de lo sucedido se dio cuenta que los animales no eran legales, no habían pasado nunca por sus manos.

El pastor, asustado, se llevó sus cabras al campo. Sin embargo, la administración no se para tan fácilmente y hoy se acercará hasta Ítrabo para matar a las cabras de Francisco.

Los animales no han pasado ninguna inspección veterinaria y no se sabe si están sanas o enfermas, pero la ley estipula que se trata de una explotación irregular y que por lo tanto hay que sacrificar a los animales.

El pastor ya ha anunciado que será por encima de su cadáver.

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