El pasado 19 de mayo se conocía la noticia: el periodista de la cadena Cope Federico Jiménez Losantos había sido renovado como director del programa La mañana, estrella de la cadena.

Al mismo tiempo que la página web de la radio daba la noticia, el embajador Francisco Vázquez ofrecía un almuerzo al comité ejecutivo de la Conferencia Episcopal en la Embajada de España ante la Santa Sede. Y fue allí donde la renovación, según escribe este domingo Enric Juliana en La Vanguardia, cayó como una bomba... silenciosa.

El heraldo que trasmitió la 'buena nueva' durante la comida fue Fernando Giménez Berrocal, vicesecretario para asuntos económicos de la CES. Silencio. Y luego, las palabras del cardenal de Toledo, Antonio Cañizares: "Me parece una muy mala noticia. Es una lamentable decisión". Silencio.

Era la primera ocasión que Cañizares, hombre de carácter recio según Juliana, llevaba la contraria en público a Rouco Varela. Esta desavenencia demostraba lo que ya era vox populi en los círculos de la Iglesia, que un sector hasta ahora minoritario del episcopado lleva tiempo manifestando su disconformidad con la línea de la Cope.

Pero no sólo del episcopado, sino también de la nunciatura. Pues Manuel Monteiro de Castro, nuncio de la Santa Sede en España, aún no se ha repuesto de la impresión que le produjo ser acusado de "masón" en una de las arengas matinales de la Cope.