La exposición Las Tarascas del Mediterráneo. De Tarascón-Arlés a Granada, que reivindica la condición mediterránea de esta celebración de carácter profano se exhibe en la Casa de los Tiros desde el viernes 23 de mayo. La muestra pretende ampliar la visión que existe de La Tarasca como una festividad local, andaluza, a una celebración mediterránea, europea.

En la actualidad, las tarascas se están recuperando en otras ciudades de España donde las hubo, si bien Granada es la única localidad española donde esta fiesta ha tenido una continuidad, desde el siglo XVI. La exposición también demuestra que La Tarasca procede de Tarascón, una localidad en la Provenza francesa próxima a Arles, donde la fiesta se mantiene muy viva.

Lo que une la Tarasca de Granada con la de Tarascón es el carácter profano de la fiesta, inspirada en la leyenda de un dragón con elementos híbridos, como garras de mamífero, caparazón de tortuga o una cara androide, que surge del Ródano para comerse a los campesinos.

Cuestión de fe

Según la tradición, Santa Marta, que era hermana de María Magdalena, con su fe, consiguió domesticar al monstruo de esta leyenda, cuyo origen real se encuentra en las inundaciones que anegaban periódicamente Tarascón. Ese fue el punto de partida, ya que a partir de ahí se fueron extendiendo las Tarascas.

La exposición reúne, expresamente traídas de Francia, tres Tarascas, una de ellas a la entrada del museo, copia de otra original, otra que es la más antigua de Francia, y la cabeza de una Tarasca hallada en un granero de La Provenza, todas ellas catalogadas por la Unesco como Bien Inmaterial de Interés Cultural.

A éstas se suma otra Tarasca originaria de Granada, que solía salir los miércoles de Corpus, y que ha sido restaurada.

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