La víctima del crimen de Ponte Caldelas se sentía "perseguido" y "amenazado", según testigos

  • PONTEVEDRA, 15 (EUROPA PRESS)

Manuel Rivas, la víctima del crimen de Ponte Caldelas (Pontevedra), se sentía "perseguido" y "amanazado" por el autor confeso de su muerte, según ha testificado este martes dos testigos en la segunda sesión del juicio con jurado celebrado en Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra.

En la sesión, los miembros del jurado han conocido el testimonio de un amigo de la víctima quien ha asegurado que, días antes del 28 de noviembre de 2015, cuando tuvo lugar el crimen, Manuel "empezó a estar un poco nervioso" y aseguró sentirse "perseguido" por Marcos Vidal.

El testigo ha señalado que, durante aquellos días, Manuel Rivas denunció ante la Guardia Civil que le habían rayado el coche y rajado las ruedas, algo de lo que responsabilizaba al ahora acusado Marcos Vidal.

El amigo de la víctima ha recordado que le animó a denunciar a Marcos pero, según ha declarado, Manuel decía que su mujer no quería que lo hiciese y aseguraba que ella lo "tenía todo controlado" y que "tenía a una policía nacional atenta a eso".

DETECTIVE PRIVADO

En la sesión, además, ha comparecido un detective privado al que Manuel Rivas había contratado, quien ha explicado que la víctima había requerido sus servicios para que "lo acompañara por seguridad" dado que el acusado "lo tenía amenazado".

Además, ha declarado que, previamente, había requerido sus servicios para cerciorase de que ya no había una relación sentimental entre su esposa y el acusado.

El detective también ha asegurado que el temor a Marcos hizo que Manuel se fuese a vivir a casa de sus padres "porque se veía muy amenazado" e incluso "se veía a escondidas con su mujer".

El día del crimen, Manuel pasó la noche en el piso con su esposa y cuando ésta se marchó a trabajar el acusado irrumpió en el edificio, encarándose con su víctima, obligándole a entrar en el piso donde le asestó hasta 15 cuchilladas.

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