Hubo un momento de la televisión en España en la que todo parecía girar alrededor de Nuria Bermúdez, porque ella sola englobaba dos de las temáticas que más gustan, según los datos de audiencia, al público español: fútbol y prensa rosa.

Bermúdez estaba en casi todas las cadenas, desde Crónicas marcianas a Tómbola o A tu lado pasando por el que, quizá, mejor le vino a su carrera, ¿Dónde estás, corazón?, en Antena 3.

La agente de futbolistas no empezó a ser famosa por su trabajo con ellos sino por sus diferentes realciones sentimentales con varios de estos jugadores, que no tenía reparos en airear, siendo su romance con Dani Güiza lo que la encumbró (justo después del que tuvo con Antonio David Flores, recién separado de Rocío Carrasco).

Ello fue debido al hijo que tuvieron en común, llamado como su padre, Dani, nacido en Mallorca en 2007, y a la posterior ruptura mediática, que acabó en una guerra de la que ella salió decidida a su nuevo oficio (y con una amiga íntima, la expareja del delantero).

Nuria Bermúdez se hizo agente FIFA, profesión que ha ejercido hasta hace poco y en la que ha conseguido hitos como ser la primera mujer-agente en firmar un contrato en el fútbol turco.

Todo aquello fue hace mucho tiempo y, ahora, diez años después, ha reaparecido en Espejo público para relatar cómo ha sido vivir una década lejos del foco de atención y, sobre todo, fuera de los platós de televisión.

"Me ha decepcionado el mundo del fútbol, ya no soy agente de jugadores porque implica muchos gastos y viajes", ha comentado Bermúdez, quien asegura que así es difícil conciliar una vida familiar como madre soltera. También ha destacado que la profesión tiene un aire machista. "Los hombres se dan palmaditas y a mí nadie me lo ha valorado", ha lamentado.

"Soy una mujer de mi casa y me dedico a cuidar de mi hijo. Ahora en vez de vender un jugador te vendo un robot de cocina. Si quieres te hago una demo", ha bromeado con el sentido del humor que tanta popularidad le dio hace varios años.

Si echa la vista atrás, tiene bastante claro que "por la tele se paga un peaje demasiado caro que te lleva a tener trabajos que no estaban nada relacionados con la tele", razón por la cual ni se plantea volver del todo.

Sigue soltando las mismas exclusivas, porque a estas alturas poco le importa. En este caso, ha hablado de Cristiano Ronaldo, con quien ya dijo que tuvo un encuentro (como aquel con David Beckham), y sigue manteniendo que tuvo un affaire con él: "Ahora le veo más persona que antes. No ha cambiado nada".

Eso sí, se mantiene en sus trece: quiere que su hijo no viva en el punto de mira de la prensa sensacionalista. "Me gusta estar en un plano más anónimo. No me importaría colaborar en un programa pero no me apetece volver a exponer mi vida privada, quiero criar a mi hijo lejos de la televisión", ha dejado caer.

Actualmente pasa los días de forma muy diferente a como los solía pasar allá por los comienzos del milenio, cuando cada uno de sus gestos era noticia (como su tatuaje del escudo del Real Madrid): sube fotografías con sus amigas y sus mascotas y cuida de su pequeño Dani.