"¡Se acabó el triqui triqui y se acabó el traca traca!", gritaba Alberto Chicote este jueves en el primer capítulo de la nueva temporada de Pesadilla en la cocina, que se desarrolló en uno de los restaurantes de la popular ruta del mosto, en Jerez de la Frontera (Andalucía): el Mosto Tejero.

A lomos de un caballo, el chef madrileño se planta frente al local en crisis. Juanete, el dueño del negocio, lo define como un lugar "a lo Almodóvar". A Chicote, en cambio, le sugiere otras palabras: "Parece sacado de una película del oeste".

El Mosto Tejero está de capa caída, no lo salvan ni su gastronomía ni sus vinos. Tampoco Juan: "A veces me apetece cerrar el bar. Me sacrifico y me duele", opina. Por su parte, el personal no cree en sus esfuerzos por salvar el local, decorado con motivos taurinos.

"Tiene que estar y no está", se queja Antonio sobre su jefe. El camarero comparte con María, la cocinera, que Juanete tiene "buen corazón" pero "ni su cabeza ni su cuerpo están donde tienen que estar", lo que impide que el negocio funcione.

Es por ello que Chicote se pone el delantal para cambiar el rumbo del Mosto, lo que le cuesta una serie de intensas peleas con prácticamente todo el personal. "Eres el primer terrorista andaluz que conozco", le dice el presentador a Juanete en una de sus trifulcas.

Asimismo, tras muchas insistencias por parte del chef, se empieza a ver la luz en el Mosto. Los trabajadores consiguen entenderse y dejan de echarse las culpas por cuestiones como sus croquetas "arenosas", la suciedad que invade la cocina o la cantidad de pimientos en mal estado que acumulan en el frigorífico.

Aunque el cambio más evidente no solo se percibe en la reapertura del restaurante, sino en Juanete, que por fin consigue abrirse a Chicote y cambiar de actitud. El agricultor acepta sus consejos para que el restaurante (que además es su casa) recupere la calidad de la que presumía hace treinta años.

"Juanete tiene ilusión y eso me deja tranquilo", reflexiona el presentador sobre el protagonista de un programa con momentos reseñables, como la entrada de una gallina de campo en el restaurante o la huida de Juan en tractor, que provoca una graciosa reacción en Chicote: "¡Que es un tractor, no el Titanic!".