La violación de una menor de 14 años el pasado 12 de abril en unas escaleras de Santutxu fue la gota que colmó el vaso. Un mes después, el Ayuntamiento ha dado los pasos necesarios para hacerse cargo de la zona, aún de propiedad de los vecinos, y así poder reformar las escaleras y eliminarlas del listado de puntos de riesgo para las mujeres.

Las escaleras, que conectan la calle Iturribide con Particular de Iturribide y el barrio de Santutxu, figuran dentro de la ciudad prohibida para las mujeres, –80 zonas de peligro, como ya publicó este periódico – por la escasez de luz, los recovecos aptos para que se esconda alguien o, simplemente, porque no pasa mucha gente por el lugar.

Pero en muchos casos, como en el de Santutxu, existe un problema añadido. Son zonas de uso público –de hecho los peatones puede utilizarlas–, y, sin embargo, la propiedad es de los vecinos, por lo que el Ayuntamiento no se puede hacer cargo de una reforma integral.

A no ser que la comunidad de vecinos ceda el espacio de su propiedad al Consistorio. En Bilbao hay decenas de plazas y calles que aún son propiedad de las comunidades de vecinos y donde los técnicos municipales no pueden meter mano.

No sólo son puntos de riesgo, si no que, además y por lo general, no están urbanizados, ni pasan los servicios de limpieza. En el caso de las escaleras de Santutxu, el Ayuntamiento bilbaíno ha tenido que urdir un complicado entramado legal para hacerse cargo de la zona, según ha sabido 20 minutos.

La primera maniobra ha sido la de expropiar unos locales vecinales, en desuso. De ese modo, con el Ayuntamiento como un propietario más en la comunidad, puede llegar a forzar la cesión de las escaleras por parte de los vecinos, o, incluso, expropiarlas directamente.

Menores de 25, y maltratadas

Las mujeres jóvenes, al contrario de lo que se piensa, son uno de los grandes grupos de edad víctimas de los malos tratos. Así, de las 400 mujeres que atendieron el año pasado los servicios sociales del Ayuntamiento de Bilbao por maltrato, la tercera parte eran menores de 25 años.

Incluso, a los técnicos municipales del programa municipal de violencia de género les sorprendió que seis menores acudieran a estos servicios a pedir información. La violencia doméstica provoca en Euskadi 11 denuncias cada día.

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