Al parecer, el vigilante realizaba normalmente su tarea en esta zona alrededor de la medianoche cuando un grupo de nueve personas le atacaron en su intención de cometer el robo. Tras ser reducido, el vigilante recibió severos golpes para posteriormente ser esposado y abandonado en una zanja próxima al lugar. Los ladrones, de nacionalidad extranjera, robaron el vehículo del agredido y huyeron con la carga de cobre. El vigilante fue rescatado de la zanja horas más tarde por la Guardia Civil tras contactar con ellos por teléfono móvil, y después de ser desatendido por la Policía Nacional, que no creyó su historia.

A la victima le fue diagnosticado un politraumatismo y aunque la Unión Sindical Obrera (USO) ha denunciado públicamente su caso, tanto la empresa del trabajador como la mutua han restado importancia al incidente considerándolo, para sorpresa de muchos, como "una simple caída en la obra".

La USO habló en nombre de este colectivo, mostrando su preocupación por la inseguridad y escasas medidas de protección con las que cuentan en sus áreas de trabajo, poniendo de manifiesto el constante estudio y control por parte de los ladrones de cobre que sufren estos vigilantes.

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