En el Centro de Historias y dividida en ocho apartados, la exposición se inaugura este jueves, 3 de octubre, a las 19.00 horas, y se podrá visitar hasta el 1 de diciembre en horario de 10.00 a 14.00 horas y del 17.00 a 21.0 horas de martes a sábado; y los domingos y festivos e 10.00 a 14.30 horas.

El discurso expositivo y los textos de esta muestra son de Marisancho Menjón y la coordinación de los contenidos corresponde a Myriam Monterde, quien junto a la vicealcaldesa y consejera municipal de Cultura y Promoción Exterior, Sara Fernández, ha presentado en rueda de prensa.

Sara Fernández ha destacado que la exposición "deja patente los cambios que la industria ha producido en la ciudad y que se transmite en las formas de vida y también de sentir". "Va más allá de la industria o la arquitectura y atañe a otras vertientes de la vida cotidiana de las personas" como el tranvía que transportaba a los obreros hasta las fábricas, entonces ubicadas en el casco urbano.

Para la vicealcaldesa es "muy interesante" porque "dibuja la historia reciente de Zaragoza y hace un compendio de como era la ciudad". "Nos hace reflexionar sobre el mantenimiento del patrimonio y el diseño de la ciudad".

PERSPECTIVA

Myriam Monterde ha señalado que el objetivo es "ofrecer una perspectiva diferente del patrimonio industrial y de los valores artísticos, además de la evolución social y economía de la ciudad que empieza a desarrollarse desde finales del siglo XIX.

Talleres, almacenes, chimeneas, estaciones de suministro de carburantes, y empresas de electricidad son elementos que reflejan el "skyline" de la cuidad, a los que se unen los medios de transporte como el tranvía con los obreros o las vías del tren que llegaban hasta el interior de algunas fábricas, como la fundición Averly.

Asimismo, se puede reconocer el modo de vida de esa etapa de la industria incipiente con las viviendas sociales y sindicales, además de la incorporación de la mujer al trabajo y los cambios que introdujo progresivamente en la sociedad.

La muestra también incluye la parte creativa del producto, en la que Zaragoza era puntera e invita a reflexionar sobre la preservación del patrimonio industrial. "Esa es la lección que nos tiene que dar esta exposición", ha remachado Myriam Monterde.

El recorrido de la exposición se ha ideado de forma cronológica con una gran foto, que se ha tratado para la ocasión, en la que se identifican las principales chimeneas y torres de la ciudad -como la de Pikolín- y el tren que servía tanto para la traída de materias primas como para sacar los productos.

REIVINDICACIÓN

Las 211 piezas proceden de 20 prestadores de los que siete son de archivos y coleccionistas privados y el resto de empresas, que guardan abundante material, ya que la mayoría eran de tipo familiar y algunas de ellas todavía perviven, como Pikolín, o cafés Orús, o el dentífrico Kemphor, ha citado.

Maquinaria pesada como ruedas dentadas para accionar mecanismos o moldes de madera para las ruedas son algunos elementos que se pueden ver en la muestra junto a una polea con cangilones para transportar cereal a las harineras. A ellos se suma la cartelería que anuncia la fregona de Manuel Jalón o las primeras lavadoras de Balay hasta la plaza de inducción que comercializa esta empresa de electrodomésticos tras su creación en la Universidad de Zaragoza.

En el aspecto arquitectónico destaca la imagen de las instalaciones de la empresa Diestre en la carretera de Madrid - que data de 1964- y que está considerada como la primera obra del arquitecto Rafael Moneo. De José de Yarza se puede ver una vista frontal del umbráculo de Los Enlaces, del años 1962, y de Zoilo Ríos, la gasolinera de El Portazgo.

La reivindicación y la protesta también se dan cita en esta exposición con fotos de los años 80 de movilizaciones para el traslado de la Industrial Química del barrio de La Almozara o los carteles de los años 70 del movimiento vecinal en contra del intento de derribo del Mercado Central.