La muerte de Camilo Sesto ha servido para poner todas las cartas sobre la mesa. Especialmente la de los enfrentamientos. El adiós al alcoyano más internacional no ha templado los ánimos de quienes arrastran reproches del pasado, sobre todo los relacionados con la gestión patrimonial del artista. Camilín sigue malpensando del administrador y del representante artístico de su padre, a quienes ha acusado veladamente de haber intentando manipular la voluntad del cantante.
Tras conocer la situación real de los bienes de Camilo, su hijo se muestra mucho más tranquilo y esperanzado. Aunque no estuvo en el acto, depositó su confianza en el equipo de letrados que lo amparan en este caso. Además, tiene a su lado a José Muro, representante de artistas, que ejerce casi más de padre que de mánager.
Muro será buena influencia siempre que le permitan tener un papel fundamental. Todos coinciden en que deberán ayudarle ahora a tramitar una fortuna de ocho millones de euros que, dadas sus circunstancias, podría ser un regalo envenenado. Pero los problemas no acaban aquí. 20minutos ha podido saber que hay desacuerdos hasta con los asuntos más íntimos y personales. Se avecina tormenta entre todos los que un día formaron parte de su vida.
Y no es lo único, pues ya intentan comercializar con unas fotografías de alto voltaje que podrían dañar la imagen del intérprete. Piden 3.000 euros por las instantáneas libidinosas. Vivir así es morir de amor.
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