
El director bosnio Emir Kusturica dejó durante un tiempo los Balcanes para irse al fútbol. El resultado es el documental que ha realizado sobre el astro argentino Diego Armando Maradona, titulado simplemente Maradona. Un encargo que aceptó sorprendiendo a los más cinéfilos cuando se hizo público.
Extrañeza que no lo es tanto si tenemos en cuenta que a Kusturica, cuyos filmes a pesar de recoger el horror de la guerra en los territorios de la ex Yugoslovia, también son una celebración de la vida y de lo más festivo. Y a Kusturica, como le encanta el cine o la música, también le gusta el buen fútbol.

Una visión quizás idealizada, pero que también se detiene en mostrarnos como el ídolo de las graderías cayó en el infierno de la droga, o una fuerte personalidad que le ha llevado a enfrentarse contra todo aquel que represente autoridad o control.
El rodaje transcurrió a lo largo de año y medio sobre todo en localizaciones de Buenos Aires, Barcelona, Nápoles, Belgrado o La Habana (a raíz de la excelente amistad que Maradona estableció con Fidel Castro).
Y se estructura en siete episodios, que se corresponden con los siete pecados capitales. Cada uno con una introducción de un famoso regate del delantero además de un gol en el partido que disputaron Argentina e Inglaterra poco después de la guerra de las Malvinas.
Aunque el documental se exhibirá fuera de la competición oficial, cabe recordar que Emir Kusturica ha ganado en dos ocasiones la Palma de Oro, con Papá está en viaje de negocios (1985) y Underground (1995), y ha sido reconocido como mejor director también en Cannes por El tiempo de los gitanos (1989).
Real, la película

Además mostraba la fascinación que éstos suscitaban en los lugares más distantes del mundo. O entre gentes de condición totalmente opuesta. Desde un profesor de instituto español o un muchacho de Japón aficionado a los mangas, desde la cosmopolita ciudad de Tokio hasta la populosa Caracas, pasando por el Senegal, los deportistas del club blanco dejan su huella.
Por su parte, Zinedine Zidane también ha sido la estrella en los últimos años de varios documentales.
En un momento dado

Su figura a través de él mismo y varios testimonios, con el añadido de sus vínculos con Catalunya fueron la base para este Johan Cruyff. En un momento dado.
Premiado por el público en el pasado Festival de Málaga, Porque hay cosas que nunca se olvidan es un cortometraje producido y dirigido por Lucas Figueroa. Un pueblecito de Nápoles, cinco niños y un balón de fútbol explican la razón del título, en un trabajo que contó con la participación como actor de Fabio Cannavaro, el capitán de la selección italiana de fútbol.
El húngaro Ferenc Puskás es otra leyenda del balón. Sobre su figura ya hay dos proyectos. Un documental realizado por Tamás Almási, Puskás: La leyenda del magiar mágico; y una película, Puskás, balada del delantero maravilla, que dirigirá el actor Péter Rudolf.
Su presupuesto de 8 millones de euros la convertirá en una de las producciones más caras del cine húngaro, y el rodaje empezará este otoño.
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