Según han informado a Europa Press fuentes de la Junta, esta declaración del riesgo medio se adopta tras un invierno y primavera muy secos en este año, que provocaron un elevado déficit hídrico, el riesgo y los incendios han estado siempre presentes, destacando la segunda quincena de junio, que ha sido el período más conflictivo.
En los meses de julio y agosto de 2019 se ha mantenido un bajo nivel de precipitación en la Comunidad. La Junta diferencia lo ocurrido en la mitad norte, donde ha habido algunas precipitaciones que mitigaron el riesgo de esta parte de Castilla y León, mientras se siguió incrementando el déficit hídrico en la mitad sur de la Comunidad, en especial en las provincias de Ávila y Segovia, donde se concentró la mayor siniestralidad de incendios forestales.
El mes de septiembre pasado ha tenido algunas precipitaciones repartidas por Castilla y León que han "suavizado" la sequía y, por tanto, el riesgo y el número de incendios.
Dado que no se prevén lluvias generalizadas en los próximos días que reduzcan definitivamente el riesgo a niveles calificables de riesgo bajo, la Junta de Castilla y León ha declarado época de peligro medio del 1 al 10 de octubre. A partir de ese día, semanalmente se analizará el riesgo y se dimensionará el operativo adecuado a esa situación.
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