El inicio del nuevo mandato del alcalde de Sevilla, el socialista Juan Espadas, ha estado marcado de manera significativa por las críticas respecto a la suciedad en la capital hispalense y la "mala gestión" de la empresa municipal de limpieza, Lipasam. Lejos de hacer oídos sordos ante la polémica, el Ayuntamiento ha decidido tomar medidas para frenar una situación denunciada tanto por la oposición, como por los propios trabajadores de la empresa municipal y por la ciudadanía. A la reorganización del sistema de trabajo que se va a poner en marcha a mediados de este mes, se suma un nuevo plan de choque para la puesta a punto de los contenedores de la ciudad, así como una inversión de más de dos millones de euros para la adquisición de nuevos vehículos.

El plan extraordinario para la reparación y limpieza de los contenedores se centrará especialmente en aquellos que estén más deteriorados por culpa del vandalismo, los efectos de la rebusca, el mal uso y el incumplimiento de la normativa municipal. Las actuaciones consistirán en el arreglo de los mecanismos de apertura, el refuerzo de las labores de repaso para retirar la basura depositada fuera de los cubos o fuera del horario previsto en la ordenanza (de 20.00 a 23.00 horas), la limpieza especial de los contenedores, incluyendo grafitis y pegatinas, la retirada de objetos atrapados bajo los cubos y la limpieza "intensiva" de los pavimentos bajo las estructuras y en sus inmediaciones.

Para llevar a cabo este plan de choque, el Consistorio va a incorporar a la plantilla a 60 trabajadores, que desarrollarán sus tareas hasta finales de año por toda la ciudad, donde hay instaladas más de 15.000 unidades.

"Tenemos un compromiso firme en mejorar el estado de la limpieza en la ciudad y prestar cada día un mejor servicio dentro de las limitaciones legales que existen", explicó el delegado de Transición Ecológica y Deportes, David Guevara. En esta línea, el Ayuntamiento anunció también que, además de las 60 incorporaciones, se van a cubrir "de forma inmediata" 18 plazas vacantes, de acuerdo con la tasa de reposición de la empresa y "tras haber realizado todas las consultas legales y haber culminado la negociación con los representantes de los trabajadores".

Además, el Ayuntamiento va a invertir 2,2 millones en la compra de cinco vehículos eléctricos para baldeo de aceras, diez baldeadoras de media presión y seis motocarros. Las 15 baldeadoras nuevas permitirán reforzar la limpieza en zonas de difícil acceso, mientras que con los motocarros se reforzarán las tareas en el entorno de los contenedores, el vaciado de papeleras y el servicio en calles estrechas, aceras y zonas peatonales.

Precisamente este lunes, el secretario general de CC OO en Lipasam y presidente del comité de empresa, Antonio Bazo, anunció que la prueba piloto que se va a llevar a cabo en el Parque Norte para probar un nuevo sistema de trabajo en la empresa municipal estará en marcha a mediados de este mes. Bazo se mostró convencido de que "será un éxito y se extenderá al resto de zonas de la ciudad". Y confió en que el plan "esté completamente en marcha a principios de año".

El nuevo sistema, propuesto por los empleados y aceptado por el Ayuntamiento, supone concentrar el trabajo en el turno de mañana y eliminar el de tarde, lo que permitirá, según los trabajadores, aumentar el baldeo, que ahora "es insuficiente", y hacerlo además en un horario "menos molesto" para los vecinos. El objetivo es "limpiar con mayor frecuencia y calidad, con el mismo personal y con menor presupuesto". Y es que esta reorganización, según CC OO, supondrá un ahorro de 300.000 euros a las arcas públicas.

El sindicato, además, lamentó que algunos partidos –el PP lo hizo el domingo– hayan alertado de "un supuesto fracaso" de este plan "antes incluso de que esté en funcionamiento", algo que, en su opinión, significa que "prefieren su particular guerra política a que haya una mejora notable en la limpieza".