Hollywood no quiere perder el carro de la tecnología y, siguiendo la estela del portal YouTube , se ha puesto manos a la obra para distribuir pequeños clips sobre sus programas de televisión y películas. Hasta aquí, todo bien. El problema ha venido cuando l
Los actores consideran que estos vídeos, al utilizar fragmentos de sus trabajos en otros soportes, como el cine, deben ser pagados y autorizados por ellos.
Como respuesta y para evitar complicaciones, la empresa cinematográfica ha decidido pagar tarifas fijas sin tener en cuenta el número de trabajos emitidos de cada empleado y, además, no aceptan tener que pedirles permiso para cualquier emisión.
Las discrepancias han provocado que unos y otros se hayan enredado en un oscuro túnel de negociaciones que todavía no han llegado a su fin.
Algunos expertos ven el panorama como otro ejemplo más de cómo la economía de los medios tradicionales se está poniendo del revés por la creciente popularidad de los sitios de intercambio de vídeos, y cómo los gustos del público y sus hábitos están transformando el proceso.
Por su parte, los sindicatos anuncian que lo se avecina no es más que "eliminar 50 años de costumbres, prácticas y avances" que podrían afectar muy negativamente a los trabajadores.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios