Tesoros de la ciudad dormida

La Encarnación sigue arrojando restos arqueológicos. Lo último, tres peines para quitar liendres hallados en un pozo negro lleno de tesoros: «Son de 1.800 y se conocen como lendreras.
Elena y Magdalena ante una gran diversidad de restos encontrados de vasijas de barro, ánforas...
Elena y Magdalena ante una gran diversidad de restos encontrados de vasijas de barro, ánforas...
Caco Rangel / Carlota Blasco
Elena y Magdalena ante una gran diversidad de restos encontrados de vasijas de barro, ánforas...
Tienen las púas muy juntas y se utilizaban para arrastrar los huevos de los piojos», dice Fernando Amores, arqueólogo que dirige las excavaciones de la Encarnación.

El reciente hallazgo de tres peines para eliminar liendres –dos de madera y uno de marfil– le parece a este investigador «hasta divertido», porque, curiosamente, estos parásitos que «se sufrían más durante las guerras, donde escaseaba la higiene personal, vuelven a aparecer ahora en los colegios», dice el profesor.

Además, han aparecido alfileres de mantilla, vasijas, platos, botellas de vidrio tallado y restos de comida, como semillas y huesos.

Todos estos tesoros estaban en un pozo negro. «Son objetos curiosos que, al no encontrárnoslos sobre los suelos, nos ayudan a conocer más las costumbres de la época de Carlos III y Carlos IV», según el experto.

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