¿Qué tienen en común Johnny Rotten y Marcel Duchamp?

Sex Pistols
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Casi 20 años después de que Greil Marcus escribiera Rastros de carmín, este libro sigue siendo una obra de referencia para cualquier persona interesada no sólo en el punk, sino en los movimientos contraculturales. Aunque cada vez es mayor la bibliografía existente en torno al punk (hace poco se editaba la autobiografía del propio John Lydon), la tesis que proponía Marcus en su libro sigue siendo una de las más polémicas y rupturistas.

Mientras que la mayoría de los críticos de la época se limitaban a analizar las causas sociopolíticas que dieron lugar al punk, como es el caso de Dick Hebdidge , en su obra Subcultura,Greil Marcus contribuyó a dar al punk un empaque intelectual del que carecían otros análisis. Marcus no vio en el punk una mera respuesta a una sociedad en la que los jóvenes sufrían elevadísimas tasas de paro, sino que conectó el movimiento punk con el dadaísmo, el surrealismo, buscando las similitudes entre corrientes culturales que se oponían al sistema imperante.

Para Marcus, muchas de las consignas, presupuestos y actitudes del punk se remontaban a las vanguardias, y en su obra, el autor equiparaba a Tristan Tzara y Marchel Duchamp con Johnny Rotten y los suyos. Para él, había tanta actitud punk en la obra de los primeros como en el Anarchy in the UK de los Pistols.

Punk y situacionismo

Marcus, en su obra, también relaciona a los situacionistas con el movimiento punk. Para poder analizar esta teoría, nada como sumergirse en las lecturas situacionistas. Para ello, Anagrama ha reeditado no sólo la obra completa de Debord, sino otras obras menos conocidas pero igualmente importantes como el Tratado del saber vivir para uso de las jóvenes generaciones, de Raoul Vanegeim. Descatalogado hasta hace nada, se trata de una de las obras clave para entender el situacionismo: a lo largo de la obra, el autor hace una crítica no sólo a la sociedad del momento, sino a una sociedad «cibernética» de la que anticipaba que se basaría en el consumo. A lo largo de todo el libro, Vanegeim invita a una revolución de tintes individualistas y a reclamar el espacio de la juventud fuera de los límites del consumismo impuestos por la sociedad. Algo muy parecido a lo que, de forma intencional o no, preconizaba el punk.

Aunque el propio John Lydon se desmarcaba las teorías de Marcus y de la conexión entre punk y situacionismo en su autobiografía (publicada recientemente en España por Acuarela), lo cierto es que Rastros de carmín se ha convertido en una de las obras claves cuando se habla de punk.

¿El punk nació en Londres o en Nueva York?

Otro punto de vista es el que proponen Legs McNeil y William McCain en Por favor mátame , una historia oral del punk. En él, y a través de conversaciones y entrevistas con Iggy Pop, Richard Hell, los Ramones o Patti Smith, el norteamericano Legs McNeil (fundador del fanzine Punk) reivindica como puramente neoyorquino el nacimiento del punk y acusa de plagio a Malcolm MacLaren, ideólogo de los Sex Pistols y propietario de la influyente tienda Sex (en la que se vendieron los primeros diseños de Vivienne Westwood y en la que se conocieron los miembros de los Pistols).

La polémica sobre si el punk nació en Inglaterra o en EE.UU. aún sigue vigente, y con los años, son más y más las obras que analizan el movimiento desde todas las perspectivas posibles, aportando nuevos enfoques y la perspectiva que da el paso del tiempo. Pero si hay dos obras clave para entender cualquier punto de vista o para ahonda en el tema, esas son, sin duda, las de Marcus y McNeil.

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