Poco a poco se van desvelando más detalles de la liberación del pesquero vasco secuestrado por piratas en aguas cercanas a Somalia. En su edición de hoy El País asegura que "el Gobierno encargó al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) el pago del rescate del Playa Bakio".
Pero hay más, el dinero del rescate (766.188 euros, según un responsable somalí) no salió de los fondos reservados, agregaron las mismas fuentes, sino que lo aportó la empresa propietaria del buque: Pevasa (Pesquería Vasco Montañesa, SA), por lo que el CNI, al parecer, se limitó a hacer la entrega.
Por otra parte, Jaime Candamil, uno de los tripulantes del pesquero vasco secuestrado por piratas en aguas cercanas a Somalia, ha pedido este domingo "ayuda y protección" organizada a nivel internacional para los buques que faenan en aquella zona, con el fin de que "ningún marinero más" sufra esta "dura" experiencia.
"Que ningún compañero pase por esto"
"Ojalá sea el nuestro el último barco que cogen (los piratas)" y que "ningún compañero más pase por esto, porque es muy duro", ha dicho el caldereta o tercer oficial de máquinas del Playa de Bakio, en una rueda de prensa que ha ofrecido en la Cofradía de Pescadores de Pasajes de San Pedro (Guipúzcoa), junto a su compañera, Fátima Iturria, y el presidente de la federación de cofradías guipuzcoanas, Jaime Tejedor.
El veterano marinero, de 52 años, contó que al Playa de Bakio lo asaltaron de noche, cuando estaba parado porque habían localizado un banco de pescado y se preparaba para faenar, por lo que cuando el marinero de guardia dio la voz de alarma ya tenían las barcas de los piratas "encima" y "pegaron un 'pepinazo' con un lanzagranadas que si llega a coger a alguien no lo cuenta".
"Hubo patadas y amenazas"
Los piratas "no eran como en las películas", "no tenían ni pata de palo, ni parche en el ojo, ni tampoco iban con cuchillos, sino con lanzagranadas, fusiles y granadas de mano", ha subrayado el marinero de Pasajes, que ha asegurado que este tipo de asaltos son llevados a cabo por "grupos muy bien organizados", que cuentan con "buques nodriza que sueltan las barcas cuando detectan algo".
"Malos tratos no hubo ninguno, pero sí patadas a las puertas y amenazas", ha contado el marinero, quien ha recordado que sus captores "gritaban mucho y metían mucho ruido", lo que atemorizaba a la tripulación. Entre los momentos de mayor tensión, Candamil ha destacado la liberación y cómo por una radio pequeña que no les quitaron y por la que los marineros escuchaban a veces las noticias, supieron que se acercaba a la zona una fragata española.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios