El zulo donde Elizabeth Fritzl ha permanaecido 24 años secuestrada por su propio padre, el ya apodado el monstruo de Amstetten, tenía dos puertas de acero y no una como hasta ahora se había supuesto. Así lo han descubierto hoy las autoridades austríacas.

Las dos puertas de acero contaban con un mecanismo electrónico para poder abrirse y cerrarse a distancia, mediante un código, según ha informado Franz Polzer, jefe de la policía de Baja Austria.

El jefe del equipo de investigadores añadió que las pesquisas en el sótano de la casa de Amstetten, donde Josef Fritzl, de 73 años, recluyó a su hija y con quien tuvo siete hijos, continuaban hoy. Sin embargo, advirtió de que llevarían más tiempo de lo previsto ante el escaso aire que entra en el lugar.

“Estamos intentando ver si podemos hacer algo con la ventilación", dijo Polzer, tras explicar que los agentes necesitan descansar cada poco tiempo dada la falta de aire. Además, trabajan con máscaras sobre la boca para impedir que sus ADN se depositen en el lugar de los hechos.

Ante estas circunstancias, y puesto que "los técnicos deben documentar minuciosamente cada detalle", Polzer calcula que las investigaciones en el sótano se prolongarán durante varias semanas. Con respecto a las puertas, se pedirá a un experto en la materia que las estudie, probablemente la próxima semana, añadió.