Sí se sabe que hubo una fuga de gas y que la acumulación ocupó tal volumen que al explotar arrancó de cuajo un edificio entero y la mitad de otros dos. Pero ¿qué la causó? La respuesta la puede tener el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) que está analizando la válvula de gas de la acometida general del bloque número 4, el sitio por el que, según el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica del Centro Superior de Investigaciones Científicas, se originó la tragedia.

El informe pasará a formar parte de las diligencias que instruye el Juzgado, cuya sección ha sido reforzada para poder afrontar el volumen de trabajo. Suya es la misión de determinar las responsabilidades del terrible suceso.

Hasta hoy, se ha personado cerca de 200 partes que se sienten perjudicadas y se han presentado en el juzgado dos querellas por homicidio imprudente, una de la viuda de un fallecido y otra de un afectado.

La reconstrucción

La empresa pública Gical anunciará el viernes el nombre de la empresa que construirá los bloques 2, 4 y 6 de la calle Gaspar Arroyo. Un total de 30 viviendas que, una vez edificadas, devolverán por fin la "normalidad" a la calle palentina.

La Junta de Castilla y León y el Gobierno de España deben firmar antes un convenio que establezca cómo se pagarán los 3,1 millones de euros que costará la obra. La propuesta pasa por que los afectados cedan el dinero de sus seguros y el resto sea aportado al 50% por las administraciones.

El principal miedo de los propietarios es que el Gobierno fije a las nuevas viviendas la categoría de protegidas, cláusula que consideran injusta y por la que ya han anunciado que no están dispuestos a aceptar.

Paralelamente, la misma empresa acomete los últimos arreglos en las viviendas más dañadas, las ubicadas en los portales impares 3, 5 y 7. Una docena de familias están pendientes de su fin y de la concesión de la cédula de habilitada para volver a casa. Sólo en estos arreglos se han gastado más de 1,2 millones de euros.

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