Estaba haciendo bricolage y un tropezón hizo que su cabeza quedara encallada dentro de los barrotes de una escalera de mano. Esto le ha ocurrido a un hombre de 60 años —cuya identidad no ha sido revelada— que estaba arreglando el baño de su casa, en la localidad de Mattaincourt, al este de Francia.

El accidentado permaneció inmóvil durante cinco días en la misma posición hasta que su hermana, que fue a visitarlo, lo encontró y pudo finalmente rescatarlo y trasladarlo al hospital más cercano debido a los síntomas de deshidratación que sufría, según recoge el diario galo L'Est Republicain.

Ningún vecino se percató de que el sexagenario se había accidentado mientras intentaba reparar el baño de su vivienda. Pero lo peor no fue la caída, sino que al intentar liberarse y tras el golpe recibido, la cabeza del hombre comenzó a hincharse debido a la falta de riego sanguíneo, haciendo más dificil todavía que pudiera zafarse de la escalera.

Tampoco podía desplazarse ni acercarse a su teléfono móvil para hacer alguna llamada de socorro. Solo podía gritar y, pese a hacerlo, el hombre tuvo que pasar cinco días atrapado hasta que su hermana, que llegó a la vivienda el viernes 23 de agosto asustada porque no le contestaba al teléfono, lo encontró tirado en el suelo y con la cabeza encajada entre dos de los escalones de la escalera.

A pesar de todo ese tiempo sin moverse el hombre aún estaba consciente. Tras una llamada a los servicios de emergencia, pudo ser liberado e, inmediatamente trasladado al hospital para realizarle exámenes médicos, ya que sufría deshidratación y el flujo de sangre a su cerebro se había reducido.