Puede que sea una de las campañas de imagen más caras de la historia: Mazda destruyó 4.700 coches nuevos, cuyo valor en el mercado podría superar los 100 millones de dólares (unos 65 millones de euros), tal y como recoge Microsiervos.

Todo comenzó cuando el carguero Cougar Ace, que transportaba los coches de la marca japonesa, sufrió una avería que hizo que se quedara inclinado sobre el mar 60 grados hacia su izquierda.

Costó un mes llevar a cabo la operación de rescate, que permitió llevar a puerto el enorme buque un mes después. La revista Wired publicó un extenso reportaje acerca de la compleja operación.

Externamente, sin daños

No obstante, durante todo este tiempo, la carga de la bodega del enorme barco estuvo inclinada. Aunque externamente no se apreciaban daños en los coches, la firma decidió destruirlos porque no podía saber qué daños internos tendrían.

La campaña de Mazda se fraguó en dos pasos: primero, cuando la compañía anunció que ninguno de esos coches se vendería como nuevo, y después cuando, definitivamente, se comunicó que se destuirían.

Así que comenzó la operación de desguace, grabada in situ por The Wall Street Journal, de miles de vehículos Mazda 3, CX-7, RX-8 y MX-5: destrucción de airbags, 'planchado' de carrocerías, apilar resto... y montones de acero para construir nuevos coches.