Una veintena de okupas han sido desalojados hoy por orden judicial de un edificio de Granada de tres plantas en el que residían desde hacía varios meses y al que, según mantienen, daban un uso social y cultural.

El desalojo, que se inició sobre las 09:00 horas y ha concluido al mediodía, se ha desarrollado sin incidentes, aunque ha derivado en un enfrentamiento entre un grupo de okupas y un cámara de televisión al que recriminaron que les grabara y al que acusaron de darles una patada.

El desalojo ha sido vigilado por unos cinco o seis agentes del Cuerpo Nacional de Policía cuya intervención no ha sido necesaria porque se ha llevado a cabo de forma pacífica y voluntaria.

La orden ha partido del Juzgado de Instrucción 1 de Granada, posiblemente a requerimiento del propietario del edificio, ha informado un portavoz del Cuerpo Nacional de Policía.

Tras el desalojo, en el que los okupas han sacado enseres y pertenencias personales, se ha procedido a cambiar las cerraduras del inmueble, ubicado en el número 4 de la conocida como Cuesta del Pescado, entre el barrio del Realejo y el Paseo del Salón.

La policía ha identificado a las veinte personas que en ese momento ocupaban el edificio, según las fuentes.

Los okupas, de varias nacionalidades, mantienen que el edificio llevaba más de diez años abandonado y al menos uno abierto, ha explicado Aitor, portavoz del grupo.

Dice que estaba siendo ocupado desde hace unos cuatro meses, cuando decidieron darle un uso social y cultural con actividades de teatro, malabares, lecturas poéticas y la edición de una revista literaria que se fueron difundiendo por el "boca a boca".

El portavoz mantiene que realizaban "permanencias esporádicas" en el edificio por cuestiones de "seguridad", que a lo largo de la semana era frecuentado por unas 30 ó 40 personas y que con los vecinos no tenían "ni empatía ni antipatía", aunque algunos se han quejado hoy del ruido y de las molestias que ocasionaban los perros que los acompañaban.

Tras el desalojo, un grupo de okupas se ha trasladado con colchones y perros a la plaza del Carmen, donde se ubica el Ayuntamiento, en protesta simbólica por el hecho, dicen, de que se les haya dejado sin sitio para vivir y no se les haya comunicado la orden de desalojo con 24 horas de antelación.

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