El pasado junio Satse denunció que la aplicación de esta "novedosa" técnica supondría "una sobrecarga de trabajo" que requería, además de "un incremento de plantilla, la necesaria especialización por parte del personal encargado".

Tras incoar las diligencias el pasado 5 de junio, la Fiscalía considera que no es una técnica novedosa en la sanidad pública, puesto que está implantada en varios hospitales de la comunidad, incluidos el Materno Infantil y el Hospital Clínico de Málaga y que, además, no se aprecia en los hechos denunciados indicios de responsabilidad penal "entre otras cosas porque la denuncia versa sobre una situación de peligro meramente hipotético", algo que "carece de relevancia jurídico penal en nuestro Derecho".

Igualmente, el decreto al que ha tenido acceso Europa Press indica que la técnica, que se aplicó a una paciente el 31 de mayo de este año, se produjo "sin incidencia alguna, aplicándose por personal debidamente formado y estando justificada ante la situación crítica de la paciente, sin posibilidad de traslado y con riesgo cierto de muerte".

Además, sostiene que el Regional ha ofertado en los años 2018 y 2019 al personal de enfermería once talleres formativos internos sobre esta materia, en los que han participado estos profesionales del servicio de UCI.