«El objetivo de un radar no es recaudar dinero, sino evitar la sanción y prevenir. Para eso, el conductor debe conocer dónde están». Así lo asegura el presidente de los Automovilistas Europeos Asociado s (AEA), Mario Arnaldo.

Sin embargo, un informe de esta asociación demuestra que 12 de los 18 radares que están de forma habitual en nuestra provincia no se encuentran señalizados.

Tráfico sólo informa de los seis que existen fijos y la organización suma a ellos los 12 en los que ha contabilizado al menos dos sanciones en días diferentes de un trimestre. «Estos también deberían estar señalizados porque, aunque están en un vehículo, están en un punto determinado y parados», añade Arnaldo.

Así, para la asociación los únicos que podrían sorprender al conductor son los que están en coches en movimiento.

500 metros antes

La señalización debe encontrarse 500 metros antes del punto exacto en el que está el radar. «Lo que se quiere conseguir es que los conductores respeten los límites de velocidad», reconoció Arnaldo, quien añadió que, además, estos controles de velocidad deberían estar en zonas peligrosas para el tráfico en las que se produzcan numerosos accidentes.

Por su parte, Tráfico asegura que los radares que se instalan en coches son móviles y se «señalizan cuando éstos están parados y su ubicación lo permite».

Los que más puntos roban

Entre todos los controles de velocidad que hay en la provincia hay algunos que se hinchan a poner multas.

Los dos más trabajadores, en este sentido, son el situado en el punto kilométrico 269,2 de la N-601 en dirección a León, por la gravedad de las sanciones que ha impuesto, y el colocado en el kilómetro 10,7 de la CL-600 en dirección a Tudela de Duero por el número de multas.

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