El presidente del Gobierno de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, que ha acudido a la inauguración, ha avanzado durante el acto que el ejecutivo riojano, a través de La Rioja Turismo, incluirá a Corera en sus rutas turísticas en autobús que está organizando para este otoño. Ante este anuncio, los vecinos del pueblo se han mostrado "encantadísimos", porque permite "que se conozca Corera por esta casa y que todo nuestro trabajo se vea".

Además el presidente ha alabado el "gran trabajo" realizado por la Asociación, porque "lo han hecho sin ayudas, sin subvenciones, solo con el apoyo del pueblo", ha destacado Ceniceros.

El Museo Etnográfico ha sido creado por la Asociación de Mujeres de Corera en una vivienda situada en la calle Mayor del pueblo y ha sido rebautizado como 'Casa del espartero', porque sus primeros propietarios se dedicaban a trabajar el esparto.

La casa refleja con todo detalle como se vivía hace 100 años en la localidad y ha sido reformada con "la colaboración y donaciones de todo el pueblo". "Este proyecto se ha levantado a base de rastrillos, degustaciones y ventas de todo tipo de productos", destacaban desde la Asociación de Mujeres de Corera.

Para su acondicionamiento -en el que llevan trabajando desde 2009- se han recopilado objetos, utensilios de trabajo e incluso documentos de aquella época para mostrar, "sobre todo a los más jóvenes", cómo han vivido "sus abuelos y bisabuelos y reflejar la vida corriente de un pueblo riojano de hace un siglo".

Belén Gutiérrez, una de las mujeres de la asociación, ha contado que durante los diez años que han estado trabajando han hecho una "gran inversión". Y no sólo económica, porque "han trabajado muchísimo". "Esta casa estaba destrozada, el tejado medio hundido...", cuenta Belén. Además, desde la Asociación de Mujeres animan a todo el público a acercarse a Corera, pero insisten en que lo hagan también los más jóvenes.

"Para los que son jóvenes, la vida en esta casa es algo que parece que no podía ser así, y así era. Queremos que la gente lo vea", destacaba Belén.

Para terminar, José Ignacio Ceniceros ha elogiado "la perseverancia, trabajo y dedicación de la asociación", que han sido "fundamentales" para rehabilitar una vivienda, construida en 1900, y convertirla en un museo etnográfico.

Se trata, ha destacado Ceniceros, de "una iniciativa que es fruto de una década de esfuerzos de la asociación, que cogió una casa prácticamente en ruinas y ha conseguido reformarla y acondicionarla como espacio etnográfico". Además, la Asociación de Mujeres va a tener allí su sede. En concreto en el patio, que también podrá ser utilizado como sala de usos múltiples.

Asimismo, ha resaltado que "recuperar el patrimonio y darlo a conocer es tarea de todos". En este sentido, ha precisado que "las administraciones tenemos nuestro papel, pero la sociedad también". Por ello, ha puesto como ejemplo "el vigor social y el compromiso de las gentes de Corera, y en especial de sus mujeres".

LA CASA MUSEO, DECORADA "AL DETALLE"

La historia de la casa se remonta al siglo pasado, pero fue en 2007 cuando sus propietarios -que viven fuera- la donaron al Ayuntamiento. Más tarde, el 15 de septiembre del 2009, el Consistorio firmó un convenio de cesión de uso con la Asociación de Mujeres hasta el 31 de diciembre del 2043. Tuvieron que reformar el alerón del tejado y las fachadas. Después de sanearlo, iniciaron el trabajo en el interior.

Han destinado unos 75.000 euros recaudados estos últimos años con mercadillos, rifas, cuotas del centenar de socias y algunas donaciones.

En la planta baja, además de la entrada principal, se ubica una cuadra, con todos los materiales y el pesebre; una cocina de los años cincuenta con su lavadora y uno de los primeros frigoríficos eléctricos, un cuarto de baño nuevo -obligatorio para poder abrir el recinto al público- y una pequeña despensa.

Los vecinos de Corera "han donado aperos antiguos y utensilios, con lo que hemos podido completar el mobiliario de esta casa", señalaba la presidenta de la Asociación, María Rodríguez.

En el primer piso se encuentra la cocina de 1900 y el portal de lo que en origen fue la entrada a la vivienda -se accede por una cuesta-. Este espacio, en el que se muestran objetos de la matanza, tiene salida a la cochinera, gallinero y conejera reconstruidos. Además, en la zona noble esta planta alberga un vestíbulo, dos dormitorios y un comedor que antaño sirvió como dormitorio.

En el segundo piso está el silo para guardar el grano, aperos del campo, un horno de arcilla antiguo, maquinaria de la matanza, cuartos para secar chorizos, morcillas y jamones y trasteros convertidos en habitación infantil y sala de costura.

Parte del material que se muestra en el edificio estaba allí y en otros casos procede de donaciones realizadas por las propias mujeres de la asociación y los vecinos de Corera.