El presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, apoya el trasvase del Ebro a Barcelona porque "no se puede vivir sin beber agua, lógicamente, pero sí sin regar o fomentar el turismo", lo que le llevó a rechazar el antiguo trasvase del Ebro a Valencia, Murcia y Almería.

Los partidos políticos representados en las Cortes de Aragón están tomando posiciones ante el próximo trasvase del Ebro a la ciudad de Barcelona y su entorno.

Iglesias, y el vicepresidente del Gobierno de Aragón, José Angel Biel, presidirán hoy el acto oficial de celebración del Día de Aragón, San Jorge.

Donde dije digo, digo Diego

En declaraciones a El Periódico de Cataluña, Iglesias asegura que, si bien en 2002 dijo que dimitiría si su partido apoyaba una cesión de agua, ahora "estoy convencido de que los aragoneses han diferenciado siempre, y lo van a seguir haciendo porque tienen mucho sentido común, que una cosa es un trasvase para regar o hacer urbanizaciones o hacer campos de golf en el Mediterráneo, y que otra cosa es, con carácter temporal, resolver un problema de agua de una ciudad de cinco millones de habitantes que está en una comunidad de la cuenca del Ebro".

Iglesias ha asegurado también que se trata de "un problema puntual" para Barcelona y que Barcelona está terminando la construcción de su desalinizadora "y porque lo dice el decreto. Y ese decreto se tiene que convalidad en el Congreso".

Además, el presidente aragonés señala que no le da miedo quedarse solo en las votaciones, "estoy tranquilo con lo que hago y con lo que he defendido. Si esto fuera un nuevo trasvase, que asignara un solo litro más de agua del Ebro a las cuencas internas de Cataluña, no tendría ninguna duda de lo que habría que hacer: ir al Tribunal Constitucional. Pero no es así".

José Angel Biel, ha recurrido esta semana al Estatuto para tratar de solventar el primer episodio de este proceso proponiendo que el Gobierno de España encargue a la Comunidad Autónoma la ejecución de las obras hidráulicas.

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