Según explicó hoy en rueda de prensa el arqueológo Josep Anton Remolà, hasta el momento había la evidencia de la existencia de una construcción medieval llamado Pont de les Caixes. Pero el reciente derrumbe, por culpa de las lluvias, de un tramo de su paramento oriental y los trabajos de consolidación de la estructura llevó a descubrir que bajo la obra medieval se encuentra un acueducto de la época romana.
Remolà admitió que, si no fuera por esta casualidad "que jugó a favor de la arqueología", el descubrimiento "igual nunca se habría hecho". El puente tiene 60 metros de largo y un conducto de canalización de agua de dos metros de ancho cuya función era irrigar la zona. Se supone que era de uso privado e hipotéticamente relacionado con la población de Centcelles, que se encuentra a escasos 500 metros.
Durante la época medieval, según Remolà, una parte de la construcción debió caer y se rehizo con el recrecimiento del puente aproximadamente en un metro y posteriormente se levantó medio metro más, con lo que quedaba tapado el romano. Además, se construyeron nuevas puertas con arcos.
Este hecho también hace pensar, según el arqueólogo, que dichas aperturas reprodujeran otras de la época romana que se utilizaron como vía de comunicación paralela a la riera. Por ello, continuarán los trabajos arqueológicos, que lleva a cabo la empresa Codex, para determinar la cronología del hallazgo y también si existen otros elementos similares alrededor.
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