Los jefes no siempre dominan todos los ámbitos de los que se ocupa su empresa, y es lo que le pasó este jueves a Amparo Salmón García de los Salmones, directora adjunta de La Ermita Cantabria, en El jefe infiltrado de La Sexta.

Amparo Salmón pasó a llamarse Susana Rubio, una concursante de un programa en el que competía por un bote de varios miles de euros de cara a sus empleados y así poder infiltrarse entre ellos y conocer de primera mano el funcionamiento de su empresa.

El cambio de look de 'la jefa infiltrada' fue tan radical que cuando Julia, su madre, la vio, solo pudo decirla: "Encantada", ya que no reconoció a su propia hija en una de las trasformaciones más logradas del programa. "Si la veo por la calle no la reconozco, pero me gustaba más de la otra manera".

Una de las visitas que realizó Amparo fue en la ganadería de su empresa en Torrelavega (Cantabria) para conocer cómo trabajaban allí sus empleados, y donde conoció a Pili y Vidal, un dúo de ganaderos exigentes que parecía disfrutar encargándole tareas de riesgo y con su total desconocimiento del manejo de la vacas.

Y es que 'la jefa infiltrada' nunca había trabajado con animales, y se presentó en la ganadería con tacones, indumentaria que hizo alucinar a sus empleados, que se apresuraron a darle una ropa de trabajo adecuada a lo que se enfrentó.

Primero llevó a una vaca al prado para que pastara, pero entre risas, la vaca la llevaba más a ella que al revés: "Seguro que me arrastra y me tira al suelo", reconoció. Pili le aconsejó que "ella no vea que tienes miedo" y le dejó un cubo para que la ordeñara ante la cara de sorpresa de Amparo, alias 'Susana'.

"La vaca me pareció muy grande y pensaba que como me diera una patada...", admitió la jefa, que le confesó a Vidal que "nunca he ordeñado a mano", mientras dejaba caer la leche en el cubo.

"Sacaba muy poco, no consigue acabar de ordeñar a la vaca ni en un mes", señaló el ganadero. "Se ve que te falta mucha práctica, pero eso solo son los primeros 30 años", le comentaba a su jefa mientras ella siguió ordeñando muy contenta por lograrlo.

Al final, cuando les reunió para contarles que estaban participando en El jefe infiltrado, Amparo les dijo que "cuando estuve en el campo con vosotros sentí que estaba pagando una novatada". Y añadió: "Nunca he estado en el campo, ni trabajado con vacas... Pasé miedo y os hacía gracia".

A pesar de ello, y tras las disculpas de Pili, la jefa les reconoció el trabajo bien hecho: "Tenéis una higiene extrema, tratáis a los animales con cariño y están bien atendidos". Y les recompensó con un cheque de 4.000 euros y un viaje a París. Ambos admitieron que "es la primera vez que valoran el trabajo que hacemos".