Un sargento de la Guardia Civil de Huelva ha logrado que se le haga justicia ante a sus superiores, que le expedientaron por "negligencia en el cumplimiento de las órdenes recibidas" al llegar tarde a recoger a su comandante. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) defendió su caso y el Tribunal Militar Territorial de Sevilla dictaminó que se vulneraron sus derechos fundamentales.

Este estamento señaló que el sargento tenía derecho a un "procedimiento justo y a la presunción de inocencia", existiendo por tanto una "vulneración del artículo 25.1 de la Constitución Española", ya que sus superiores no quisieron atender a sus excusas ni investigar qué es lo que pasó realmente.

El sargento, perteneciente al Puesto de Torre la Higuera, recibió la orden por parte de su comandante de que fuera a recogerlo a la playa del Coto de Doñana junto con otro agente en un vehículo asignado, pero debido al fuerte temporal y el barro que había ese día, el coche quedó atascado en la arena, necesitando la ayuda de tres empleados del parque para sacarlo. Ante las averías que presentaba optó por volver al Puesto a recoger otro vehículo más nuevo, con el que recogieron al Brigada Jefe del Puesto, que "se encontraba solo en la playa, mojado y enfadado".

Por este motivo se le abrió el expediente y en consecuencia los servicios jurídicos de AUGC, presentaron recursos ante el Capitán de la Compañía de La Palma del Condado y Teniente Coronel Jefe de la Comandancia, en los que se solicitaba que se tomara declaración al Guardia Civil que lo acompañaba y a los trabajadores del parque, pero en ambas ocasiones esta solicitud fue desestimada, por lo que se llevó el caso al Tribunal Militar.

Para AUGC "Una vez más queda demostrado que el régimen disciplinario de la Guardia Civil, es anticuado y poco protector de los derechos fundamentales de los Guardias Civiles, a pesar de que se denegaron la práctica de pruebas y el Tribunal Militar así lo ha reconocido, estos mandos no van a incurrir en ninguna responsabilidad, por lo que podrán continuar denegando las pruebas sin que se les aplique el régimen disciplinario en igualdad de condiciones que a sus subordinados. Los mandos tienen una impunidad total y los guardias se sienten indefensos, lo cual debería cambiarse de modo urgente".

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