Así lo ha expresado durante la tercera sesión del juicio, que se celebra en Palma con un Tribunal del Jurado. En esta jornada han desfilado por la Audiencia un total de 11 testigos, la mayoría llamados por la defensa. Varios de ellos eran profesionales de la sanidad que examinaron a la acusada cuando fue detenida después de la muerte de su marido, que fue hallado con signos de violencia en su domicilio en Cala Millor.

El médico ha explicado que el nivel de alcohol en sangre de la acusada era "muy elevado", de 248, cuando el nivel habitual es inferior a diez.

Otra profesional que también intervino entonces, una psiquiatra, ha indicado que los efectos de la mezcla del alcohol y las pastillas varían según el paciente. En todo caso, no le realizó la anamnesis -una entrevista de recopilación de información con el paciente- debido a su estado de intoxicación. La psiquiatra ha contado que la mujer preguntaba cómo se encontraba su marido y decía que no sabía por qué estaba en el hospital y que quería irse a su casa.

Cabe recordar que la mujer sostiene que su esposo murió atacado por uno de sus perros sin que ella interviniera, y que al darse cuenta de que había muerto intentó suicidarse tomando pastillas y vodka. En cambio, la Fiscalía sostiene que la mujer sedó al hombre, le cortó trozos de carne y piel y se los dio de comer a sus perros, azuzándoles para que le mordieran. La mujer se enfrenta a una petición de 25 años de cárcel por un presunto delito de asesinato con ensañamiento y alevosía.

En la sesión de este miércoles también han comparecido otros profesionales sanitarios que atendieron a la acusada y a su marido, meses antes de la muerte del hombre, por mordeduras de los perros, un pitbull americano llamado 'Lord' y una stafford americana llamada 'Linda'.

A pesar de estos episodios previos, el hombre -un alemán de unos 70 años- no quiso deshacerse de los animales, que de hecho figuraban como herederos de su testamento junto a la acusada, según declaró la mujer.

UN GUARDIA CIVIL: "EL CADÁVER TENÍA UN COJÍN ENCIMA"

Al inicio de la sesión ha testificado uno de los guardias civiles que acudió al domicilio a raíz de una llamada del 112. No se esperaban encontrar la escena de un posible crimen, puesto que el aviso les llegó por un conocido del matrimonio que manifestaba que no podía ponerse en contacto con el morador y que no había sabido nada de él durante un tiempo.

En su relato, este agente ha corroborado las versiones de sus compañeros respecto a cómo entraron en la casa y cómo encontraron el cadáver. Además, ha apuntado que el cuerpo "tenía un cojín encima", como si la mujer hubiera estado "durmiendo encima de él".

El agente también ha confirmado que en la escena "había mucha sangre" y que vio un cuchillo "a escasos dos metros" de la mujer y el cuerpo. Igualmente, ha manifestado que le llamó la atención que, cuando la llevó a una zona apartada, la mujer no le preguntó por el fallecido sino por "si estaban bien sus perros".

OTRO TESTIGO AFIRMA QUE LE PIDIÓ QUE MATARA A SU MARIDO

Finalmente, se ha tomado declaración a un testigo que afirma que la acusada le hizo una oferta económica para "asesinar a su marido". Ante esta proposición, el hombre pensó que él "no tenía que estar ahí" y aprovechó el momento en el que ella fue a buscarle una bebida para marcharse.

El testigo no acudió a la Policía, sino que comentó lo ocurrido con unos conocidos, y uno de ellos "lo contó a un periódico" después de la muerte del esposo. Así fue como los investigadores dieron con él.

El juicio continuará este jueves con la declaración de los forenses y los peritos de toxicología.