Casi la mitad de los colegios coruñeses sufren actos de vandalismo

  • En 11 de los 26 centros públicos rompen cristales, hacen botellón y queman papeleras cada fin de semana.
  • Sus responsables exigen más vigilancia policial.
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Los actos vandálicos no se ciñen sólo a las plazas y calles coruñesas. Ahora los gamberros también se ceban con los centros educativos y al menos en 11 de los 26 colegios públicos de la ciudad (en los que hay unos 4.000 alumnos) se registran roturas de cristales, quemas de papeleras, robos de equipamientos de los patios y hasta botellones los fines de semana.

Lo han confirmado a 20 minutos responsables de la Concejalía de Educación y directores de los propios centros, que «cada vez con más frecuencia» se encuentran los lunes con todos los recintos destrozados.

«Tenemos una gran verja de hierro y la reventaron. Y hace poco incluso robaron dinero del interior y quemaron todas las papeleras», explican en el Cornide Saavedra.

Con más o menos virulencia, los ataques se suceden también en el Manuel Murguía, Curros Enríquez, Emilia Pardo Bazán, Prácticas, Raquel Camacho, San Pedro de Visma, Juan Fernández Latorre, María Pita, Sanjurjo de Carricarte y Wenceslao Fernández Flórez.

En los concertados son más reacios a concretar si son víctimas de estos ataques, aunque alguno, como el de Compañía de María, ha registrado «en alguna ocasión rotura de cristales». Todos coinciden en la demanda de una mayor vigilancia para acabar con el problema.

La Policía Nacional vigila los delitos

Casi todos los colegios coruñeses que sufren actos vandálicos recurren al Ayuntamiento para denunciar. Aunque algunos llaman directamente a la Policía Nacional. «Ya presentamos tres denuncias, pero creemos que no valen para nada porque no han contestado», dicen en el Cornide Saavedra.

Otros afirman que Policía Científica ha tomado huellas para encontrar a los culpables. En el de Sagrada Familia, explica su director, lograron dar con ellos y les obligaron a hacer trabajos sociales por realizar unas pintadas. «Hay que tocar madera para que no vengan», dicen en los centros donde no hay problemas.

Desde el 091 aclaran que estos delitos «se vigilan como los de toda la ciudad», aunque los agentes carecen de órdenes para desarrollar un plan específico de vigilancia a mayores de los controles de trapicheo que ya realizan.

Hasta con el conserje delante

Con nocturnidad y alevosía. Así actúan las «pandillas», dicen en los centros, que se acercan hasta los colegios para llevarse por delante todo lo que encuentran. Ni la presencia de los conserjes los echa atrás, aunque la mayor parte de sus fechorías las hacen «cuando no hay gente a la vista», es decir, los fines de semana y durante las vacaciones.

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