El caso, que iba a ser juzgado por un jurado, ha quedado sentenciado después de que el acusado haya reconocido los hechos y se haya conformado con la pena propuesta por el Ministerio Fiscal, que inicialmente le reclamaba tres años de prisión.

En concreto, ha sido condenado a seis meses de cárcel por el delito de allanamiento de morada y otros seis meses más por un delito de coacciones. Además, deberá abonar 3.000 euros en concepto de responsabilidad civil.

Los hechos juzgados y sentenciados se remontan al 15 de julio de 2016 cuando el acusado aprovechó que su hija se había ido de fin de semana para entrar en el domicilio situado en Úbeda (Jaén). La vivienda en cuestión era de su propiedad, pero por el acuerdo de divorcio, con fecha de 2006, la estaba utilizando su hija.

Con su conformidad ha reconocido que entró "con el ánimo de habitar en él, procediendo a cambiar la cerradura e impidiendo en consecuencia a su hija vivir en el mismo hasta la fecha, poniendo incluso en venta el piso".

El acusado ha dicho ante el tribunal que se conforma con la pena, pero ha recordado que se queda en la calle puesto que sigue sin poder hacer uso del piso en cuestión.

La acusación particular ha retirado su petición de multas que ascendían a 22.500 euros y se ha sumado a lo que pedía el Ministerio Fiscal, de tal forma que no ha sido necesario seguir con la celebración del juicio, una vez que todas las partes se han mostrado conformes con el acuerdo.