Hay tantas clases de jefes como de animales: el perro, la víbora, el burro, el cabrón... Sin embargo, si lo que quiere es triunfar en los negocios y que sus subordinados besen el suelo que pisa debe convertirse en un lobo.

«Los humanos tenemos mucho que aprender de esta especie», afirma Daniel Weigend, propietario de Lobo Park. Este alemán, que lleva más de veinte años estudiando la forma de vida de los abuelos de los perros, aterrizó ayer en Granada para enseñar a los alumnos de la facultad de Ciencias del Trabajo que «para dirigir una empresa con éxito es necesario imitar a los padres de Roma».

Los lobos tienen una sociedad muy parecida a la humana y sus miembros se necesitan unos a otros para sobrevivir, ya sea cazando o cuidando a las crías. Los hombres somos parecidos, pero con muchos más fallos en nuestro sistema.

«Un jefe lobo -se denomina alfa- suele ser el miembro más inteligente del grupo, mientras que en los humanos no siempre es así», matiza Daniel. El alfa siempre luchará por su gente y es justo en sus decisiones.

«Los lobos tienen una jerarquía muy clara y se comunican sin necesidad de hablar, por lo que no mienten», otra de las ventajas, según el director del Lobo Park. Además, en la sociedad de los lobos cada miembro tiene un roll y sabe qué posición ocupa en el conjunto, y en una empresa eso es esencial.

Lo dejó todo por los lobos

Daniel Weigned, psicólogo de profesión, decidió dejarlo todo para montar hace siete años un parque de lobos en Antequera, Málaga. Este alemán enamorado de los lobos también ofrece clases de adiestramiento de perros, «donde se les cambia la mentalidad a los dueños, porque muchas veces el que tiene problemas es el amo», bromea. Más información: 952031107.