Según una nota de prensa de la Comisaría gijonesa, la víctima, de 84 años, se percató de la desaparición de varias alhajas desde que había contratado a una mujer que la ayudaba a realizar las tareas domésticas.
En los últimos cinco meses, la mujer refería que le faltaban joyas y dinero de forma reiterada, en especial un anillo de oro con una esmeralda que tenía para ella gran valor sentimental.
Los investigadores descubrieron que el anillo descrito por la denunciante había sido empeñado en una casa de venta de oro de esta ciudad, gracias a lo cual pudo ser identificada la detenida.
La arrestada aseguró estar pasando un bache económico y que necesitaba hacer frente a pagos inmediatos, pero que siempre tuvo la
intención de devolver los efectos sustraídos.
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