Desde entonces permanece cerrada por falta de presupuesto debido a un problema en la tramitación de las ayudas del Servicio Andaluz de Empleo (SAE). La Junta paga el 60% de los gastos y el Ayuntamiento, el material y los servicios según un convenio.

Al parecer, ya está todo acordado para que reabra otros dos años a finales de mayo o principio de junio, según fuentes catedralicias. Una buena noticia también para la Catedral, pues las necesidades de mantenimiento son cubiertas por los alumnos a la vez que aprenden oficios como carpintería, forja, delineación, cartografía, bordado, orfebrería, albañilería, dorados y policromía, explica el aparejador y director de la escuela, Fernando Ramos.

La novedad del curso, que comenzará con 50 matriculados es que la escuela cambiará de nombre. Molina Lario se cambiará por Antonio Ramos, en recuerdo del último arquitecto que tuvo la Catedral de Málaga.

Un 60% encuentra trabajo luego

Más de 400 alumnos han pasado por las cinco promociones desde 1996 aunque los graduados han sido 268. El 60% de ellos ha encontrado trabajo, explica Ramos para añadir que al resto se les ha perdido la pista. De sus aulas han salido encargados de obras de empresas importantes de ámbito nacional y hay cerca de ocho egresados que montaron su propio negocio.

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