El proyecto, incentivado por la Consejería de Innovación, pretende diseñar herramientas genéticas y moleculares que permita diagnosticar la resistencia a distintas enfermedades del fruto, así como identificar diferentes parámetros de calidad como contenido en azúcares, antioxidantes y otros compuestos de interés nutricional.

Los primeros esfuerzos han ido dirigidos a la obtención de nuevos genotipos de melón mediante el cruce entre variedades del fruto resistentes a las plagas y enfermedades pero cuyo valor agronómico hace difícil su comercialización.

También en ejemplares cultivados en Andalucía, susceptibles de dichos patógenos pero con caracteres de calidad deseados por los consumidores como el color, sabor, tamaño y forma. En definitiva, el objetivo es mejorar la genética del melón.

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