Según ha informado Pimem en un comunicado, la acreditación provoca "preocupación y cierta resignación" de los profesionales artesanos, ya acreditados.

"Parece más una forma de cubrir bajo un manto de legalidad la venta ambulante ilegal que una herramienta que sirva para erradicar esta práctica" han manifestado desde las asociaciones de artesanos de Pimem.

La máxima preocupación, según ellos, se centra en las zonas delimitadas para que dichos artistas se ubiquen, concentrándose -según los mapas facilitados desde el consistorio- en espacios "ya de por sí muy saturados", según la Federeación.

El gerente de Pimem, Marcos Cañabate, ha expresado que uno de los principales problemas es la falta de comunicación entre instituciones. Además, ha apuntado que en la IX edición del Mercat Artesanal de s'Hort del Rei de Palma, el número de ilegales "cuadriplicaba" el de legales, algo que ha calificado como "una situación a todas luces insostenible e intolerable".

Desde Pimem solicitan que haya una zona de protección de los distintos mercados artesanales de Palma, los cuales son "colonizados por vendedores ambulantes ilegales que compiten de manera desleal con los profesionales".

Esta situación, dicen, provoca un "deterioro de la imagen del mercado, un deterioro a la actividad profesional de los propios artesanos que se ven obligados a competir por productos similares de un precio muy inferior y que provoca la muerte paulatina de la artesanía".

Por su parte, la presidenta del Gremio de Artesanos, Maria Oliver, ha apuntado que al Ayuntamiento le falta "una Ley ambiciosa, que proteja el uso de la palabra artesanía, que establezca un sistema de control, tanto sobre los mercados, como sobre el uso de la carta".