Tras varias sesiones y la participación de 13 testimonios del sector de la restauración de Ciutat Vella, este martes se ha celebrado la jornada de conclusiones y del visto bueno a las mismas en el Ajuntament de Barcelona. El acta se ha aprobado aunque con el voto en contra de la propia regidora de Ciutat Vella, Gala Pin, blanco de las principales críticas tanto de los dueños de terrazas que se han visto mermadas o directamente eliminadas como de la oposición municipal. Se ha abstenido la CUP, formación que se ha mostrado muy crítica con los restauradores.

La lectura del escrito, que se elevará a la alcaldesa Ada Colau y que se llevará al próximo Pleno municipal del 3 de mayo, indica que las principales demandas de los hosteleros del distrito han sido escuchadas y entendidas por parte de los grupos municipales. Entre ellas, velar por su actividad, no criminalizar a este sector económico o dar alternativas de dinamización comercial en caso de reducción de mesas y sillas en calles y plazas. También se han recogido sus criticas a "la inexistencia de diálogo" por parte de la responsable del distrito y la constatación de que la merma o eliminación de los veladores por parte de la concejal Pin ha causado "angustia" en los empresarios y en sus plantillas. Por eso, la oposición insta a revisar los expedientes de revocación ya firmados.

El mismo documento abre la puerta a indemnizar a los restauradores que se vean afectados por el recorte de terrazas recogido en la normativa aprobada en 2018  y a revisar todas las revocaciones y re ubicaciones de las mismas que se hayan llevado a cabo hasta la fecha. Y concluye que los diversos testimonios que han ido interviniendo en las sucesivas sesiones de la comisión han reforzado los "indicios de arbitrariedad" en la aplicación de la norma.

Desde el Grup Demòcrata, la regidora Sònia Recasens ha lamentado que el gobierno municipal "menosprecie a sectores económicos de la ciudad tal y como traslada la aplicación de esta ordenanza". Ha acusado al ejecutivo de mantener "una actitud beligerante" con este colectivo y  ha recordado que "detrás de cada terraza hay vecinos". Por ello, ha recomendado a Pin que no haga "un discurso populista y cree dos bandos: por un lado vecinos y  por otro terrazas". Ha apelado asimismo a aplicar los criterios de accesibilidad en la ubicación de las terrazas "con sentido común".

Ciutadans, en  boca del regidor Koldo Blanco, ha recordado que con esta comisión se ha palpado "la reducción evidente y masiva de las terrazas en Ciutat Vella" y que las pérdidas económicas causadas "no han sido compensadas por ninguna medida de apoyo". Ha pedido, además, que se vele a partir de ahora "por hacer compatible la convivencia y la accesibilidad de las terrazas con esta actividad".

Trini Capdevila, de ERC, ha indicado que su grupo votará a favor de las conclusiones de la comisión "a pesar de no estar al 100% de acuerdo con el texto, al dar una visión catastrófica de la situación cuando tendría que matizarse cada caso". Y ha aprovechado para echarle en cara a Pin que "no haya llevado a cabo ningún proyecto de recuperación del espacio público liberado con el cierre de terrazas". También ha concluido que "el gobierno de la ciudad no puede dedicarse a avivar conflictos en lugar de a solucionarlos".

El PSC se ha sumado a la última apreciación de Capdevila. Daniel Mòdol ha afirmado que "se ha constatado en estas sesiones la falta de diálogo entre el distrito y los operadores cuando estas diferencias eran solucionables". Desde el grupo municipal del PP, Javier Mulleras han calificado directamente de "autoritaria" la gestión de Pin en esta cuestión.

La posición más crítica la ha mantenido, no obstante, Pere Casas de la CUP, que ha expresado su abstención en estos términos: "No podemos consentir que se subvencionen proyectos con ánimo de lucro en espacios públicos. La zona de Ciutat Vella tendría que ser de decrecimiento de la actividad en la vía pública".

En su defensa, Gala Pin ha recordado que el distrito ha estado al lado de algunos establecimientos emblemáticos de la zona que peligraban, caso de  Casa Leopoldo o de Can Lluís, que estuvo a punto de ser adquirido por un fondo buitre. Y que en estas sesiones han tomado nota de un par de restaurantes donde "habrá que revisar la concesión de licencias de terrazas".

Pin ha afirmado haber echado en falta, además, en el transcurso de estos debates, uno dedicado "a las condiciones laborales en el sector de la restauración". Ha instado además a los regidores más críticos con su gestión "a llevar el tema por la vía penal en lugar de a comisiones para generar titulares".

Desde el Gremi de Restauració de Barcelona, Roger Pallarols, director general de la entidad, presente en la jornada de conclusiones de este martes, han mostrado su satisfacción por el resultado del proceso y porque haya quedado demostrado que "no estábamos ante una causa inventada (la del sector) sino dramática".

En las sucesivas sesiones de la comisión de terrazas han salido a la luz algunos datos relativos a estos veladores en el distrito de Ciutat Vella. Por ejemplo, que la zona cuenta con 480 licencias de terrazas y que el distrito del Eixample concentra el 30% de todos los veladores que hay en la ciudad. Pin ha recordado este martes que, en Ciutat Vella, las licencias de restauración son 1.800 a día de hoy.

En datos facilitados por el Ajuntament, en 2015 había en Barcelona 3.889 licencias de terrazas y, en mesas y sillas, 18.827 y 71.608 respectivamente. 2018 se cerró con 5.330 licencias de terrazas, 24.046 de mesas y 90.660 de sillas, datos que confirman el crecimiento experimentado en los tres ámbitos en tres años.

En 2018 se interpusieron 1.361 sanciones y se retiraron elementos de 20 terrazas "por incumplimientos flagrantes", en cifras del consistorio barcelonés.