Se irá la luz, pero los semáforos continuarán funcionando. Es uno de los principales cambios que irán notando los conductores de Barcelona a partir del verano. Los nuevos semáforos tendrán batería y así poseerán una autonomía de dos horas, de manera que no sucederá lo que se vio el 23 de julio, el día del gran apagón: el 70% de los semáforos apagados, pero los parquímetros a pleno rendimiento.

El Ajuntament destinará 40 millones de euros para renovar unos 30.000 reguladores luminosos de 1.640 cruces. Salvo los postes y los colores (rojo, ámbar y verde), todo podrá cambiar. Incluso el amarillo de la carcasa. Para ello, se ha abierto un concurso de ideas que se resolverá antes del verano. Los semáforos se irán instalando durante toda la legislatura. La renovación comenzará por la izquierda del Eixample y se extenderá por las principales arterias de la ciudad, según señaló ayer el concejal de Movilidad, Francesc Narváez.

Menos energía

Consumirán menos energía. Se sustituirá la bombilla actual por microbombillas (Led). Gastan un 80% menos, de modo que el ahorro del consumo equivaldrá al gasto de 1.600 familias (800.000 euros al año). Eso sí, cuando todos los semáforos estén renovados. Con esta primera actuación, el 91% de semáforos tendán menos de 10 años. El segundo paso en este plan de renovación se dará en la legislatura 2011-15.