La ex primera ministra británica Margaret Thatcher, de 82 años, ha abandonado sonriente el hospital en el que fue
internada el viernes por la noche tras sufrir un leve desfallecimiento.
Con un vestido rosa y su inseparable bolso negro,
Thatcher salió por su propio pie del hospital St Thomas (centro de Londres), a cuyas puertas posó brevemente para la prensa gráfica antes de montarse en un Jaguar de color oscuro.
Pocos minutos después, la ex jefa de Gobierno conservadora, conocida mundialmente como la Dama de Hierro, llegó a su casa del céntrico y selecto barrio londinense de Belgravia y volvió a bajar del vehículo por su propio pie.
La baronesa saludó con la mano a los periodistas y respondió con un casi inaudible "sí" a la pregunta de si se sentía mejor.
Thatcher pasó la noche en el hospital, adonde fue trasladada
tras sentirse indispuesta durante una cena celebrada con un grupo de amigos este viernes en la cercana Cámara de los Lores, aunque en un principio se informó de que el suceso había ocurrido en su casa.
"Se siente mucho mejor, más animada", afirmó Mark Worthington, secretario privado de la ex líder del Partido Conservador.
Worthington aclaró que la antigua primera ministra se sintió
"ligeramente mareada y débil" y "sus piernas le fallaron un poco", si bien no llegó a desmayarse.
La hija de la baronesa, Carol, dijo que su madre fue trasladada al hospital
como medida de "precaución", dada su avanzada edad y su
"historial de pequeñas apoplejías": "Hoy -agregó la hija- tenemos una buena noticia. Ella está bien".
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