Los testigos policiales del 'procés' dan alas al argumento de la rebelión

  • Las comparecencias de nivel técnico acercan la tesis de la violencia.
  • A medida que avanza la vista, los testigos políticos quedan en la irrelevancia.
  • El exjefe de los Mossos, Josep Lluis Trapero, comparece el jueves y puede dar un nuevo giro.
El coordinador del dispositivo de seguridad del 1-O, Diego Pérez de los Cobos, en el juicio del procés.
El coordinador del dispositivo de seguridad del 1-O, Diego Pérez de los Cobos, en el juicio del procés.
EFE
El coordinador del dispositivo de seguridad del 1-O, Diego Pérez de los Cobos, en el juicio del procés.

Violencia o no violencia. Vía pacífica o no tanto. Rebelión o solo desobeciencia (y quizás malversación). Esas son algunas de las disyuntivas que se plantean en el juicio del procés. Lejos de lo que pueda parecer, la vista ha entrado en una fase decisiva con las declaraciones de mandos policiales, mossos, policías y guardias civiles que vivieron, algunos in situ, las jornadas del 20 de septiembre y del 1 de octubre.

Son los perfiles más técnicos los que están acercando el argumento de la rebelión, puesto que hablan de "acoso" y de "violencia". De esta forma, los testimonios políticos han quedado completamente desdibujados, puesto que no aportaron nada para resolver el entuerto. Quizás el lehendakari Iñigo Urkullu arrojó algo más de luz, pero Rajoy, Sáenz de Santamaría y Zoido quedaron en la irrelevancia.

El turno de los agentes que vivieron a pie de calle lo sucedido "da un giro" al juicio, en palabras del historiador Joaquim Coll a 20minutos. "Tienen peso porque ya hablan de acoso, de violencia", sigue. Eso sí, hay que diferenciar entre los mandos y los propios agentes, porque "los primeros al fin y al cabo no son testigos presenciales". Para Coll parece haber quedado acreditado que "hubo violencia" pero ahora falta por ver si se corresponde "con la rebelión o con la sedición".

Los testimonios se estructuraron de mayor a menor notoriedad pública, pero el nivel de importancia ha sido inverso: a medida que se ha abandonado la posición política, las comparecencias adquieren importancia. Coll resalta, por ejemplo, lo revelado por Montserrat del Toro, la secretaria judicial del 20-S. "Son las palabras de alguien que lo vivió en primera persona". Aquí, por tanto, el juicio discurre ya por un camino que puede ser clarificador con los "testigos de calle".

Precisamente en ese escenario cobrará mayor importancia si cabe la comparecencia del exjefe de los Mossos, Josep Lluis Trapero, prevista para el jueves junto a la de Josep María Jové, quien fuera número dos de Oriol Junqueras. Además, para ese mismo está fijada la declaración de Carles Viver, erigido como el diseñador jurídico del procés.

El "miedo" de la secretaria judicial

El arguemento del "acoso" estuvo refrendado ante el Tribunal por Del Toro. "Tuve preocupación todo el día y miedo a partir de las 21.30 horas cuando vi lo que había fuera", sostuvo la funcionaria, que tuvo que salir de la Consellería de Economía por la azotea después de pedir, sin éxito, un helicóptero. "Me tienes que sacar de aquí", le dijo al juez José Antonio Sunyer. Del Toro, que declaró sin que se mostrara su rostro, se refirió a "avalanchas" de gente y acusó a los cuerpos policiales de no ir en su ayuda.

Esa tesis la mantuvo también el exdelegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo. "Se generó un clima en que cada día, a partir del 10 de septiembre, allí donde había una acción de la policía judicial, aparecía un grupo numeroso de personas para acosar, gritar, hostigar, amenazar incluso en algunos momentos agredir", expresó. De hecho, Millo habló ante el juez Marchena de 150 acciones "violentas" y de "acoso".

Apuntó también a los CDR. Definió a estos grupos como "células autónomas" bajo la apariencia de espontaneidad pero que "de espontáneo tiene poco". Se trata de movimientos diversos en los que dentro, según sus palabras, "hay personas que no tienen ningún otro objetivo que usar la violencia y están camuflados", sentenció.

Inacción y resistencia de los Mossos

También fue rotundo en este sentido el coordinador del dispositivo de seguridad del 1-O, el teniente coronel Diego Pérez de los Cobos. Es más, en su caso puso el foco sobre los Mossos. En su opinión, el dispositivo de la policía autonómica fue "insuficiente, inadecuado e ineficaz" y estaba "más encaminado a facilitar la realización del referéndum ilegal que a impedir su cumplimiento". Así, apuntó que en algunos colegios "intentaron obstruir físicamente la actuación" de la Policía o Guardia Civil llegando a provocar situaciones "delicadas". Por tanto, lo que se deriva de esta declaración es que los Mossos acabaron oponiendo resistencia.

Y es que esa versión de que la actuación del Cuerpo catalán no fue efectiva también quedó respaldada por el jefe de inteligencia de los Mossos el 1 de octubre, Manel Castellví, quien aseguró que ese día "nos equivocamos todos". Castellví aseguró que trataron de convencer al Govern de suspender el referéndum ante la posibilidad de que se produjera una "escalada de violencia" el día del referéndum independentista del 1 de octubre, y se quejaron de que desde la Generalitat se estaba mandando un "mensaje de tranquilidad" que no "atendía a la realidad". Puigdemont, como quedó visto, hizo caso omiso.

Fueron varias las voces que trataron de evidenciar la pasividad de los Mossos, bajo el paraguas de Trapero. El máximo responsable de la Policía Nacional en Cataluña el 1-O, reveló que tuvieron que optar por el "plan b" ante esta situación. Por ello, decidieron sustituir al Cuerpo autonómico, ya que el dispositivo planteado era inviable, porque no se podía actuar "con solo dos o tres mossos por colegio"

"Había individuos que mostraban una agresividad altamente virulenta", sentenció Trapote, en una afirmación que de nuevo vira la tesis hacia la violencia. Por otro lado, su homólogo en la Guardia Civil, Ángel Gozalo, continuó con las premisas planteadas por Trapote. Ante el juez, acusó a los Mossos de desarrollar una especie de "espionaje" durante el 1 de octubre y de no atender las órdenes de apoyo solicitadas, por lo que hubo una especie de resistencia.

No aceptan la tesis de las cargas policiales

José Antonio Nieto, secretario de Estado de Seguridad durante el referéndum, por su parte, siguió culpando a los Mossos y negó las cargas por parte de Policía Nacional y Guardia Civil. "Estoy convencido de que si los Mossos de forma clara y evidente hubieran manifestado su voluntad de cumplir el mandato judicial, el referéndum no se hubiese celebrado porque se habría desconvocado", afirmó en el Supremo.

"El uso de la fuerza fue el mínimo imprescindible. Se hizo de una manera ejemplar". Y criticó la tergiversación del independentismo: "Le dieron la vuelta a la realidad. Lo normal es que la Policía actúe para evitar un delito y que los ciudadanos respeten esa actuación. Aquí se veía haciendo algo malo a la Policía que defendía la legalidad y no al que trataba de vulnerarla".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento