"la producción propia provocaría una estabilidad en los precios, especialmente al sector turístico -principal cliente por el número de piscinas e instalaciones acuáticas que tiene-, al no depender ya de fábricas de la península".

En un comunicado emitido por CliQIB, se ha explicado que, en este sentido, la industria química local y sus clientes turísticos dependen de las fluctuaciones del precio del cloro que marcan los productores, "en plena transformación de sus procesos a causa de una directiva comunitaria, lo que unido al transporte a las islas, supone unos extracostes".

En este escenario, según el clúster se ha explicado que la industria química balear intenta minimizar "los efectos de estos vaivenes" de cara a los clientes intentando "localizar la mejor solución para cada caso".

Con todo, el proyecto planteado -que supone una inversión de 9 millones de euros- requiere unos 5000 metros cuadrados (m2) en suelo industrial que, por el momento, "se está buscando" y creará 20 puestos de trabajo directos y 120 indirectos y podría estar operativa en 15 meses.

Las previsiones iniciales indican una producción de unas 20.000 toneladas de cloro de manera que autoabastecerá plenamente a las Islas y la iniciativa pública puede contribuir a este proyecto mediante fondos FEDER de Incentivo Regional, destinados a promover la actividad industrial en determinadas zonas.