Según Aqualia, estas personas, que se identifican como de Sanidad, generan dudas sobre la calidad del agua cuando realizan un situ una demostración en la que, mediante una prueba química "engañosa", el agua del grifo se vuelve oscura, mientras que la que ellos llevan como tratada por el mecanismo que comercializan no sufre esta coloración.

Aqualia aclara que cualquier agua, sea esta del grifo o embotellada, contiene sales minerales necesarias para el organismo. La prueba que estas personas realizan consiste en aplicar un componente químico que hace reaccionar a esas sales minerales y oscurecerse, sin que esto signifique que el agua es de mala calidad o no potable, simplemente pone de manifiesto que esas sales minerales existen, pues de lo contrario estaríamos bebiendo agua destilada.

Por tanto, Aqualia quiere dejar claro mediante un comunicado que el agua de los grifos de Beas de Segura "está regulada por un exhaustivo control sanitario que la certifica como totalmente potable". Además, señala que desde Aqualia se analiza el agua de la red de distribución en los puntos ya habilitados para ello, sin necesidad de acceder al interior de las viviendas.

La empresa subraya calidad del agua distribuida en Beas de Segura, como se atestigua en los más de 500 parámetros analizados de las más de 45 analíticas realizadas al año en laboratorios acreditados, todos con resultado satisfactorio y apto para el consumo humano.