Hacía más de cuatro años que Juan Carlos Lecompte (Cartagena de Indias, 1958) no recibía ninguna prueba de supervivencia de su esposa, la ex candidata presidencial francocolombiana Íngrid Betancourt (cuenta con la doble nacionalidad), secuestrada hace seis años por la guerrilla colombiana de las FARC.
Los
¿Cómo se encuentra?
Yo no estoy bien, pero Ingrid está un millón de veces peor y no ha perdido su dignidad. Por eso no me voy a dejar hundir y voy a seguir luchando por ella y por nosotros.
Las FARC han anunciado que no va a haber más liberaciones de rehenes de forma unilateral ¿De qué va a depender entonces la libertad de Ingrid Betancourt?
Del famoso acuerdo humanitario por el que estamos luchando desde hace cinco años. Es que sólo se han producido seis liberaciones y todavía queda mucha más gente en cautiverio.
El presidente no va a aceptar el despeje. Y el mensaje de Íngrid es que el tiempo se acaba para ella y para otros secuestrados que están mucho peor y que cumplen diez años de cautiverio.
Íngrid es la única mujer que queda en el grupo que la guerrilla quiere intercambiar por miembros de sus filas que están presos. ¿Por qué el ensañamiento con ella?
Porque Ingrid tiene un carácter muy fuerte y rebelde y porque ha intentado escapar en cinco ocasiones. Están ensañados con ella porque no permite las injusticias. A Íngrid la someten a las peores atrocidades. Es horrible.
¿Se necesita más presión internacional?
Para que las partes cedan necesitamos mucha presión internacional sobre las FARC y sobre el gobierno colombiano. Que se encuentren en un punto medio que permita algún avance. También queremos que se involucren más países de América Latina.
¿Cómo va proseguir su lucha?
No descanso. Este mes viajo a Chile a pedir ayuda.
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