Cada día es más difícil encontrar un rincón tranquilo en nuestras viviendas. Los pisos que se construyeron durante el año 2007 (19.328 visados de dirección de obra nueva) en la provincia tenían de media 89 metros cuadrados de superficie, un 15% más pequeños de los que se edificaban en 2000 (104,8 de media), según los datos de Fomento.

Por contra, las casas unifamiliares (5.385 en 2007) se han mantenido estables en su tamaño, e incluso han aumentado ligeramente: de 148,6 a 149,9 m2. El decano del Colegio de Arquitectos de Málaga, Francisco San Martín, contextualiza esta tendencia en dos razones. La principal, el encarecimiento de la vivienda. «La subida del precio del suelo ha repercutido directamente en el comprador», explica, ya que las viviendas se hacen más pequeñas para que sean «más baratas y puedan adquirirse».

La otra explicación es de carácter sociológico: «Hoy día, el cliente ha cambiado y no es una familia con 2 ó 3 hijos». La justificación del crecimiento en el precio del suelo también la utiliza José Antonio Pérez, subdirector del Instituto de Práctica Empresarial: «Salvo excepciones, no es que la gente quiera vivir en casas pequeñas es que no puede pagar las grandes».

Por último, una cifra que puede parecer contradictoria con la imagen del cemento que inunda nuestro litoral sitúa la media de nuevos edificios (2006) como los más bajos de Andalucía: 2,9 metros de altura media por planta (de casas y no residenciales).

Tamaño mínimo para una vivienda

Al menos 35 metros cuadrados (sin contar la terraza) para una pareja es la mínima superficie que exigen los arquitectos para una casa. Por su parte, la normativa urbanística de la capital permite viviendas con 24,5 m2 útiles. Eso sí, el Ayuntamiento ya está estudiando aumentar esta cifra hasta los 30 m2, mientras que la oposición socialista tiene la intención de pedir en pleno que el límite ascienda hasta los 40.