'Feederism': cuando comer en exceso genera placer y se convierte en un oficio para algunas personas

  • Personas con sobrepeso se graban en vídeo en los que se les ve comiendo.
  • Tienen hasta canales de suscripción en las que ofertan diferentes contenidos.
Una mujer obesa descansa en una silla.
Una mujer obesa descansa en una silla.
TONY ALTER/FLICKR
Una mujer obesa descansa en una silla.

Una mujer de talla grande del sur de California (Estados Unidos) ha conseguido acumular una legion de fans en internet que no se pierden cómo ingiere 10.000 calorías a diario. Amanda Faye, de 25 años, forma parte de una comunidad conocida como feederism (cebismo en castellano), que erotiza la alimentación y el aumento de peso.

Amanda se gana la vida comiendo delante de una cámara y cobra para que la vean haciendo de todo: desde tragar bebidas llenas de calorías a través de un embudo hasta contonear su vientre.

Graba dos o tres vídeos al día para sus suscriptores y aquellos que le han enviado solicitudes específicas. "Un chico me pagó para comer 13 peras y beberme la leche de un coco mientras estaba medio desnuda", revela.

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@mamahorker Exceptional photo 7 Put this girl in #immobility #obese #feederism #feedee

Una publicación compartida de OnlyBoberry (@_onlyboberry_) el7 Feb, 2019 a las 5:44 PST

Se inició en 2016 en esto del feederism y es una 'ganadora de peso', es decir, una persona a la que le gusta engordar ya sea comiendo en exceso o usando prótesis para hacerse más voluminosa.

Dentro de la comunidad también están los que desempeñan la figura de alimentador ya que les satisface ver cómo la gente engorda y les animan con cada kilo que ganan. "Al principio me daba vergüenza el feederism, pero con el tiempo se ha convertido en mi vocación", confiesa.

Comenzó en Feabie, una red social para aficionados y alimentadores, luego se trasladó a Tumblr y después creó una cuenta de Instagram y otra en Patreon, donde las personas pueden personalizar los servicios de suscripción.

Las tarifas son 10 dólares por el acceso a todos sus vídeos y fotos, 20 por acceso a su Snapchat, 50 por una llamada de FaceTime y 100 por todo lo anterior, más contenido extra para adultos.

Su trabajo no es siempre agradable ya que la joven también recibe "toneladas de odio" con insultos del tipo vaca gorda o culo de cerdo, pero asegura que está acostumbrada: "No me dicen nada que no haya escuchado o me haya llamado a mí misma por diversión". Simplemente "los ignora".

No obstante, no siempre se ha sentido cómoda con su peso. En un intento por encajar, trató de adelgazar hasta que dejó de hacerlo: "Ser gorda me hace feliz, física y sexualmente".

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